La historia del Motril musulmán es muy poco conocida, hay escasas fuentes bibliográficas y documentales y prácticamente inexistentes testimonios arqueológicos; pero da la impresión de que se trataba de núcleo de población de cierta consideración en estrecha relación con la fortaleza de Salobreña cuyo alcaide, conjuntamente con un cadí nombrado por el cadí mayor de Granada, tenían jurisdicción sobre toda la costa, aunque el gobierno efectivo de la comunidad musulmana motrileña lo ejercían directamente el alguacil y los viejos honrados.
El Mutrayil musulmán de fines del siglo XV estaría conformado por un núcleo central amurallado, dos arrabales conocidos como Curucho y Manjón, un reducido barrio en la zona de la calle Pozuelo y otra pequeña judería en lo que hoy es el entorno de la ermita Señor de Junes. Tenía cinco mezquitas, una alhóndiga, dos mesones, seguramente tres fábricas de azúcar, hornos de pan, algunas tiendas, un molino y un baño. No podemos precisar el número de habitantes que tendría Motril en esta época de las últimas décadas del siglo XV, pero debería aproximarse a unos 400 vecinos, unas 1.200 personas.
Con el paso de tiempo, prácticamente todos los edificios musulmanes más significativos fueron derribados y el único que se conservó casi completo hasta mediados del siglo XIX fue el baño.
El baño musulmán o hammam es un edificio típico de las ciudades islámicas, donde se une el carácter privado con lo religioso. La mayor parte de ellos se levantaban cerca de las mezquitas y zonas de gran afluencia como puertas, plazas y zocos. Muchos de ellos eran públicos y también algunos privados construidos dentro de las casas de las familias más importantes. Forma parte de tejido urbano de la ciudad y la construcción de un baño daba prestigio a las poblaciones y se convirtió en un edificio esencial de la sociedad islámica por razones religiosas y de higiene.
El baño del Motril musulmán a fines del siglo XV pertenecía a la reina Aixa al Horra, madre del rey Boabdil de Granada y, tras la conquista cristiana de Motril, le fue concedido por los Reyes Católicos a Francisco Ramírez de Madrid en 1491 por los muchos servicios prestados a la Corona.
Estaba situado al sur de la población por encima de la acequia y por dentro de la muralla, en lo que hoy es la plaza de la Tenería. Se abastecía del agua de la acequia principal por una pequeña canalización conocida como el “caño del agua” y también con una noria.
Tomás de Aquino, antiguo historiador de motrileño, escribía que el baño conocido como el “Bañuelo”, tenía tres naves a lo morisco labradas y estaba situado colindando con el hospital de Santa Ana edificado en la misma plaza en 1517. Su tipología correspondería a un pequeño hammam de tipo andalusí de tres naves paralelas longitudinales abovedadas, correspondientes a las salas fría, la más exterior, templada y caliente.
En el inventario de los bienes de Diego Ramírez de Haro en 1580, se decía que tenía en Motril una casa pequeña y corral que fue baño, situada dentro de las murallas de la villa, lindaba con casas de los herederos de Alonso de Quevedo, la acequia principal, el “caño del agua” y una calle. Tenía una “rueda” para sacar el agua, una caldera grande donde se calentaba el agua y 40 cubos.
En 1600 fue arrendado por su poseedor, Diego Ramírez de Haro, a Cristóbal de Ortigosa y según la escritura de arrendamiento la casa del baño lindaba por el sur con la acequia principal y por delante con la placeta que daba entrada al hospital de Santa Ana. Tuvo que ser reparado en 1601 y en 1606 el Ayuntamiento motrileño le solicitó a Luis Ramírez de Madrid que se lo cediera para incorporarlo al hospital, ya que este era muy pequeño y los pobres no cabían en él. Seguramente no fue entregado al Concejo y los condes de Bornos siguieron manteniendo su propiedad, aunque no hubiese sido extraño que alguna de sus naves, seguramente la colindante al edificio hospitalario, se modificara para ser integrada como sala de enfermos.
En 1607 la casa y corral que habían sido baño en época musulmana, lindaban con la muralla, la acequia, el “caño del agua” y la calle del hospital.
En 1621 el alcalde mayor de Motril informaba a la Corona que la villa alindaba al mediodía con la acequia y estaban en esa zona un horno de Juan de la Fuente, las casas de Juan de Molina y Cristóbal de Ortigosa, el bañuelo de Diego Ramírez y las tapias y huerto del hospital.
En 1752, según el Catastro de Ensenada, el edificio del baño aún se conservaba y continuaba siendo propiedad de los Bornos. Tenía unos 60 metros cuadrados y lindaba por la parte de arriba con la cochera de los herederos de Juan Ruiz de Castro y por abajo con un puente y con la acequia.
En el diccionario de Pascual Madoz se cita que se conservó intacto hasta 1842 que, por abandono, se arruinó la bóveda de una de sus naves laterales y fue derribado.
Desaparecía el hammam de Motril que fue en otro tiempo, por más de 350 años, una de las construcciones públicas, cívicas y religiosas, más importantes y donde los habitantes islámicos del antiguo Mutrayil acudían para lavarse, cortarse el cabello, recibir masajes y reunirse.
Quizá bajo el suelo de la plaza de la Tenería se conserven todavía los cimientos del baño musulmán, imaginemos toda esta zona repleta de pequeñas viviendas y talleres, de intrincadas calles y adarves, rodeada de murallas, en la que el hammam sólo suponía un elemento más del paisaje urbano de un antiguo Motril olvidado en el tiempo.