La aparición de unos posibles enterramientos en el solar donde la residencia Torre Monreal va a construir unos apartamentos tutelados, podría confirmar la gran extensión de la necrópolis islámica que existió en Tudela entre los siglos XI y XVI. Tras unas catas que realizó el Gobierno de Navarra a mediados de 2020 en buena parte del cerro de la Torre Monreal y del Corazón de María, así como en lugares cercanos, se estimó que la superficie de la maqbara (necrópolis islámica) podría tener alrededor de 10.500 m2 y contar con unos 6.000 enterramientos. Esto significa una superficie que llegaría desde la calle Mauleón a la Torre Monreal y desde la avenida del Barrio hasta la calle Tulebras. Una extensión muchísimo mayor de lo pensado inicialmente cuando apareció en el año 2019 y se llegaron a analizar más de 360 enterramientos.
La aparición en las obras de este solar de posibles enterramientos de la época confirma las estimaciones de las catas de 2020, aunque, de momento, son solo los primeros pasos. De hecho ayer comenzaron los trabajos arqueológicos para analizar la zona antes de levantar el edificio. El arqueólogo Oscar Sola señaló ayer que “no sabemos aún si son, habrá que excavarlas. Hemos visto cambios en el terreno pero habrá que ver si son fosas o no y someterlas a un proceso de estudio».
Las excavaciones se iniciaron ayer y las primeras impresiones hacen «pensar que pudieran estar relacionados”. Sin embargo, el hecho de que esta zona haya sido empleada para la construcción de varios edificios y estado más urbanizada hace que los restos estén peor conservados que los que se encontraron junto al colegio Torre Monreal, donde nunca se había construido.
De confirmarse toda la extensión estimada de unos 10.500 m2 y 6.000 personas sería el mayor cementerio islámico de todo el norte peninsular.
La historia
Hasta la llegada de Alfonso I El Batallador, la Tudela islámica abrazaba a sus habitantes en torno a la muralla de la medina que habían fundado 300 años antes. Los musulmanes enterraban entonces en laderas cercanas al río Queiles, al otro lado del foso que atravesaba longitudinalmente la calle Herrerías, tal y como demostraron los hallazgos analizados por Juanjo Bienes en el año 2006.
Pero la conquista echó de las murallas a los musulmanes que se quedaron en Tudela, expulsándolos extramuros aunque posteriormente se construyó otro nudo fortificado que los acogía. De esa manera buscaron otro emplazamiento alejado del núcleo habitado donde enterrar a sus muertos mirando hacia la Meca y ése lugar fue el descubierto en 2019. Como explicó Óscar Sola cuando presentó el primer balance del yacimiento, “se tenían ciertos indicios de que en la zona de la Torre Monreal había restos óseos pero se pensó que podían ser de la Guerra contra los franceses o de alguna plaga de peste”.
Posteriormente se ha encontrado testimonio escrito de la existencia de esta necrópolis. En un documento del archivo de Tudela, de una cesión de tierras junto “a los fosales de los moros, junto a la Torre Monreal” y que data de 1530, lo que mostraría que ya se había dejado de enterrar. En el siglo XIV estaban contados en Tudela 279 “fuegos” de mudéjares, lo que representaría el 49% de toda la población musulmana de Navarra; en la Ribera la cifra ascendía a 613 fuegos (un fuego son 5 personas).