
En plena campaña para convertirse en el primer alcalde musulmán de la ciudad de Nueva York, el candidato demócrata Zohran Mamdani habló el viernes frente a una mezquita del Bronx. Allí, defendió su identidad y su fe después de que Andrew Cuomo, exgobernador del estado de Nueva York (2011-2021), quien lanzó su campaña a la alcaldía este año, se burlara de la idea de que pudiera «aplaudir» otro ataque terrorista durante una entrevista radial. Rodeado de simpatizantes, recordó cómo los musulmanes han pagado el precio de la sospecha desde los atentados del 11-S. «Nunca cambiaré quién soy», declaró, reafirmando plenamente su fe e identidad.
Antecedentes del candidato Zohran Mamdani
A sus 34 años, Mamdani representa a una nueva generación de políticos en la ciudad de Nueva York. Nacido en Kampala, creció entre Sudáfrica y EEUU en una familia intelectual y comprometida socialmente: su padre es un reconocido académico y su madre, cineasta. Llegó a Nueva York siendo joven y asistió a la Escuela Secundaria de Ciencias del Bronx antes de estudiar sociedades africanas en una universidad del noreste del país. Antes de entrar en política, trabajó con familias en riesgo de desalojo, centrándose en la vivienda asequible, una causa que se ha convertido en un pilar de su campaña. Elegido miembro de la Asamblea Estatal de Queens en 2020, Mamdani se dio a conocer como un político progresista, comprometido con las minorías y los servicios públicos. Su candidatura a la alcaldía refleja su ambición de situar la justicia social en el centro de la política neoyorquina.
Fe, identidad y política: un debate acalorado
Ante el auge de Zohran Mamdani, Cuomo intensifica sus ataques, acusándolo de dividir a la ciudad al exagerar sus posturas sobre Gaza e Israel. Un vídeo de campaña con inteligencia artificial, publicado y posteriormente retirado, incluso intentó vincularlo con la delincuencia explotando símbolos palestinos. A menos de dos semanas de las elecciones, la contienda se intensifica: temas religiosos, el temor a lo diferente y las divisiones identitarias cobran protagonismo, alejándose de los problemas municipales tradicionales.
Zohran Mamdani, reacio a la polémica, afirma que desea dirigirse directamente a los musulmanes que sostienen la ciudad —maestros, policías, trabajadores sociales— y recordarles que son parte integral del tejido neoyorquino. Considera estas elecciones como «la última oportunidad para demostrar nuestra dignidad» y dar voz a una perspectiva que con demasiada frecuencia se malinterpreta.























