Más de un siglo después de su desaparición, la historia de Fátima Cates finalmente encuentra su lugar en la memoria colectiva británica. Esta residente de Liverpool de origen irlandés, la primera mujer convertida al Islam en Inglaterra, dejó su huella en la historia victoriana antes de fallecer a la edad de 35 años en 1901.
Nacida como Frances Elizabeth Murray, de origen modesto, se comprometió por primera vez en el movimiento por la templanza, que luchó contra el alcoholismo. Fue durante una conferencia sobre “El gran abstemio de Arabia” cuando descubrió el Islam. Su conversión provocó acoso y violencia en las calles de Liverpool, donde incluso tuvo que esconder su Corán para protegerlo de su propia familia.
Cofundadora de la primera mezquita de Inglaterra, su compromiso resuena especialmente hoy. Una escuela coránica lleva ahora su nombre en Londres, mientras que la comunidad musulmana de Liverpool ha financiado una nueva lápida. Un homenaje que atestigua el deseo de rehabilitar a estas figuras poco conocidas de la historia británica. Su viaje es ahora objeto de estudio universitario e inspira a una nueva generación de conversos británicos. En la mezquita Abdullah Quilliam de Liverpool, que ella ayudó a fundar, un coro incluso canta canciones que ella compuso, uniendo la era victoriana y la Gran Bretaña multicultural de hoy.