
El escenario religioso mundial vive una transformación notable en 2025. Mientras el islam registra un crecimiento sostenido, el cristianismo pierde terreno, y el número de personas sin afiliación religiosa también aumenta.
De acuerdo con un análisis del Pew Research Center basado en más de 2,700 estudios y censos, el islam —con 2 mil millones de seguidores— se posiciona como la religión de mayor crecimiento en la última década. El estudio atribuye este incremento a factores como una alta tasa de natalidad entre las familias musulmanas, una menor edad promedio de sus fieles, y una tasa de abandono religioso significativamente baja en comparación con otras creencias.
Por su parte, el cristianismo, aunque sigue siendo la religión con mayor número de seguidores a nivel global (2,300 millones de personas), ha visto una disminución en su proporción respecto al total de la población mundial. Su crecimiento, con un aumento de 122 millones de fieles en la última década, no ha sido suficiente para mantener su peso relativo, que cayó en 1.8 puntos porcentuales. El África subsahariana ha desplazado a Europa como la región con mayor número de cristianos, con un 30.7% frente al 22.3% del continente europeo.
Otros credos también mantienen su presencia. En 2020, se contabilizaron 1,200 millones de hindúes, 300 millones de budistas y cerca de 14.8 millones de judíos. Asimismo, el grupo de personas no afiliadas a ninguna religión ha crecido considerablemente, alcanzando los 1,900 millones, lo que representa el 24.2% de la población mundial. Muchos de estos provienen de comunidades cristianas que han optado por abandonar su fe.
¿Qué es el islam y dónde crece?
El islam es una religión monoteísta basada en la creencia en Al-lah (Dios) y en la revelación entregada al profeta Mahoma. Sus practicantes siguen el Corán y los cinco pilares fundamentales de la fe: profesión de fe, oración diaria, caridad, ayuno durante el Ramadán y peregrinación a La Meca. Su influencia histórica se extiende a ámbitos culturales, políticos y científicos en múltiples regiones.
Actualmente, la mayor concentración de musulmanes se encuentra en países como Indonesia, Pakistán, India, Bangladés y Nigeria. También ha tenido un crecimiento relevante en Europa y América del Norte, impulsado principalmente por la inmigración y las conversiones.
La expansión del islam y la disminución del cristianismo reflejan un cambio profundo en la configuración espiritual del mundo, con implicaciones culturales, demográficas y sociales de largo alcance.