Imam de Almería: El ayuno debe ir acompañado de un esfuerzo por ser una mejor persona

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El Ramadán es un mes sagrado para los musulmanes, un tiempo de ayuno, reflexión y solidaridad. En Almería, esta celebración adquiere un carácter especial debido a la diversidad de su comunidad musulmana y a las condiciones particulares de la región. Para conocer más a fondo esta tradición, hemos conversado con Abdalah Mhanna, imam de la provincia, quien nos ofrece una visión detallada sobre el significado, la práctica y las excepciones del ayuno en este mes sagrado.

Según Mhanna, el Ramadán no solo es un rito religioso, sino también una «escuela» espiritual, moral y social. «Purifica el corazón y la mente», explica, «nos ayuda a alejarnos de las distracciones diarias y a concentrarnos en valores como la empatía y la gratitud». Además, promueve la reflexión sobre las dificultades de los más necesitados y refuerza la solidaridad dentro de la comunidad.

En el ámbito social, el imam destaca la importancia de la conciencia sobre la pobreza y los conflictos en el mundo, mencionando las crisis humanitarias en Gaza, Sudán y Ucrania. «El humano debe pensar en el humano, independientemente de su religión», afirma. «El ayuno nos permite ponernos en el lugar de quienes no tienen comida todos los días y nos anima a compartir lo que tenemos con los demás».

El imam también resalta el componente moral del Ramadán, señalando que el ayuno no se trata solo de abstenerse de comer y beber, sino también de mejorar la conducta. «No tiene sentido dejar de comer mientras se miente, se hace daño al vecino o se comete testimonio falso», advierte. «El ayuno debe ir acompañado de un esfuerzo por ser una mejor persona». En este sentido, el mes sagrado es una oportunidad para fortalecer la paciencia, la humildad y el autocontrol.

El ayuno del Ramadán se extiende desde el alba hasta la puesta de sol, periodo en el que los musulmanes deben abstenerse de comer, beber y mantener relaciones matrimoniales. «Cada día empieza con la primera luz de la mañana y termina al atardecer», explica Mhanna. En la provincia de Almería, alrededor de 100.000 personas practican esta religión y cerca del 60% se estima que inició en el amanecer de este lunes el ayuno intermitente propio de estas semanas. No en vano, los horarios son diferentes en cada territorio dado que dependen de la salida y la puesta del sol en el noveno mes lunar que acaba de comenzar.

No obstante, existen excepciones: «Están exentos quienes padecen enfermedades crónicas como diabetes tipo A, cáncer o afecciones graves», señala. «Las personas mayores, los niños que no han alcanzado la adolescencia, las embarazadas y quienes estén menstruando tampoco están obligados a ayunar».

El imam enfatiza que cada persona debe evaluar su propia capacidad física y consultar a un médico en caso de duda. «Cada uno es el médico de su propio cuerpo», recalca. Además, destaca que si una persona no puede ayunar por razones justificadas, puede compensarlo con actos de caridad, como alimentar a una persona necesitada.

Para los niños y adolescentes, el primer Ramadán puede ser un desafío. Mhanna explica que los padres en Almería suelen preparar a sus hijos desde pequeños, permitiéndoles practicar el ayuno de manera progresiva. «Pueden intentarlo un sábado o domingo, ayunar medio día o hacerlo solo en casa», detalla. Con el tiempo, van desarrollando la resistencia y la comprensión del significado del ayuno.

Las escuelas también juegan un papel importante. «Los colegios suelen ser flexibles y consultan con los padres para ajustar el comedor a las necesidades de los niños ayunantes», comenta. Algunos centros educativos también organizan actividades de concienciación para que los compañeros de los niños musulmanes comprendan mejor esta tradición.

Mhanna destaca que en la provincia de Almería hay un respeto generalizado hacia el ayuno de los menores, aunque en ocasiones pueden surgir dificultades. «Los directores y profesores suelen ser comprensivos, pero si un niño no se siente bien, se le anima a romper el ayuno», afirma.

Trabajos físicos

Uno de los mayores desafíos es para quienes desempeñan trabajos físicos exigentes, como en los invernaderos o la construcción. «El trabajador tiene opciones», sugiere Mhanna. «Puede hablar con su empresa para flexibilizar horarios, reducir la jornada o cambiar de tareas».

Asimismo, hace un llamamiento a los empresarios de la región: «Ruego a los propietarios de almacenes e invernaderos que sean flexibles con sus empleados musulmanes. Ajustar los horarios es una muestra de respeto y comprensión». También destaca que el ayuno no debe comprometer la salud, por lo que cada trabajador debe evaluar su situación personal y decidir en consecuencia.

Para concluir, hace un llamamiento a la comunidad para que el Ramadán sea un momento de reflexión y mejora personal. «No hay que hacer el Ramadán solo por herencia, sino por convicción», enfatiza. «Es una oportunidad para fortalecer los lazos familiares, respetar a los vecinos y transmitir un mensaje positivo a toda la sociedad almeriense».

También recuerda la importancia de la paciencia y el respeto en este mes sagrado. «Si alguien nos insulta o nos trata mal, la enseñanza del profeta es clara: responder con paz y calma, sin caer en la provocación», concluye.

Fuenteideal.es
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