
Aunque por ahora no se ha visto ninguna declaración directa del obispo de Terrasa, Mons. Salvador Cristau, ni del arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, ni de la Conferencia Episcopal Tarraconense, sí se ha pronunciado el Consejo Interreligioso del ayuntamiento de Terrasa: consideran «que la imagen de un personaje que parece un obispo católico, o quizás anglicano, en actitud de adoración, o tal vez simplemente está a cuatro patas, es bastante insolente».
Presentación en una capilla funeraria
Este Consejo, un organismo público integrado en el ayuntamiento está formado por el Arciprestazgo de Terrassa (Iglesia Católica), la Comunidad Bahá’í, la Comunidad Musulmana, la Iglesia Evangélica y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha publicado un comunicado donde expresan su «disgusto» por el cartel
En este sentido, reconocen que Carnaval «es el rey de los insolentes», pero creen que lo más «grave» es que la presentación del cartel se haya hecho en una capilla funeraria. «El cementerio es un lugar con especiales connotaciones emocionales para las personas religiosas. Hacer esta presentación en el cementerio es una burla totalmente gratuita y ofensiva», opinan.
«No vale todo»
Las confesiones religiosas de Terrassa afirman que el sentimiento religioso «afecta lo más íntimo de las personas» y creen que «todo aquello que hiere lo más íntimo produce malestar y dolor y no debe ser objeto de burla, como tampoco deben serlo la raza, la nación, el idioma o la orientación sexual». «Se puede discrepar, incluso con cierta vehemencia, pero no se puede hacer mofa. Son cosas demasiado serias», añaden en el comunicado.
Además, también piden a los promotores del Carnaval en Terrassa que en el futuro «sean más sensibles con los sentimientos de las personas». «No vale todo. En la ciudad debe caber todo el mundo con respeto mutuo y con buena voluntad», recalcan. Así mismo, concluyen el comunicado asegurando que «no queremos iniciar ninguna polémica ni, mucho menos, hacer daño», sino que solo quieren dejar constancia de su «respetuoso disgusto».
Recogida de firmas
Por su parte, el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC) ha comenzado una campaña de recogida de firmas para instar al alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, a retirar el cartel del carnaval de la ciudad, en el que se puede ver a un obispo de espaldas, a cuatro patas y con zapatos de tacón. Ballart pertenecía al partido socialista y ahora lidera la agrupación Tot per Terrassa.
“El póster está realizado para ofender deliberadamente a los católicos. Además, el lugar donde se presentó, una cripta vacía de un cementerio cristiano, con un crucifijo detrás de dos mujeres vestidas de morado que portan el cartel, acentúa más este carácter ultrajante”, explica María García, presidenta del OLRC.
Dinero público
García ha enfatizado que «la libertad de expresión no debe confundirse con el ensañamiento o la burla hacia creencias religiosas. Pedimos al alcalde que tome las medidas necesarias para asegurar que las manifestaciones culturales respeten las diversas convicciones de todos los ciudadanos”.
“Ballart está pagando con dinero público ofensas a los católicos. ¿Es que los católicos de Terrassa son ciudadanos de segunda?”, señala la presidenta del Observatorio para la Libertad Religiosa.