
Es un anuncio que simplemente pretendía promocionar productos orgánicos franceses. Pero apenas revelado, ya está causando revuelo. La causa: las decisiones impuestas por la ministra de Agricultura, Annie Genevard, que plantean inquietudes sobre la representación cultural en el espacio público. Según el periódico Libération, el ministerio ha pedido modificar varios elementos del spot publicitario de Agence Bio. En primer lugar, sustituir el cuscús, un plato icónico y popular, por un cassoulet de pato, considerado más “local”. Luego, para otra escena, prefiere un “casting caucásico” para interpretar a un adolescente preparando mayonesa.
El Ministerio no lo niega. Peor aún: asume la responsabilidad. «El objetivo es hablar con todos los franceses», explican. Pero esta defensa está teniendo dificultades para convencer. ¿Realmente tenemos que borrar ciertas culturas para reivindicar la universalidad? Muchos lo ven más bien como un intento torpe, incluso político, de reorientar la comunicación hacia una determinada idea de la “Francia tradicional”.
La producción asegura que solo se cambiaron los platos, no el casting. Demasiado tarde. El daño ya está hecho. En las redes sociales, el asunto conmociona, divide y plantea interrogantes. Los responsables electos están indignados, los ciudadanos se ahogan: ¿por qué eliminar el cuscús, uno de los platos favoritos de los franceses? ¿Por qué asignar un rostro “caucásico” a una escena de la vida cotidiana? Detrás de este anuncio resurge todo un debate sobre la diversidad y la visión del Estado sobre la sociedad. Y en un momento en que la agricultura orgánica está luchando por recuperarse de la crisis, esta controversia era lo último que necesitaba.