Ubicada en el corazón de Inglaterra, la ciudad de Derby recientemente reanudó sus actividades con extrema precaución, después de tres largos meses de confinamiento.
Bajo la presencia del virus, la ciudad, rica en una historia de más de 2000 años, revive un pasado lejano. Sin la mano del hombre para eliminarlas, hierbas altas crecieron espontáneamente a lo largo de las aceras, en medio de los adoquines y a los pies de edificios emblemáticos, mientras invadía los parques de la ciudad y su gran cementerio.
La proliferación de estas plantas no deseadas, que se han incrustado abundantemente en todas partes, ha sido detenida por unos nuevos agentes de mantenimiento: un grupo de jóvenes voluntarios musulmanes decididos a erradicarlas del lugar donde descansan en paz sus seres queridos, el cementerio de la ciudad.
A instancias de Abid Taj, unos 20 jóvenes residentes de Derby se arremangaron el hombro para limpiar más de 1.000 tumbas y librarlas de las malas hierbas que las cubrían. Impulsados por su fe en Dios y preocupados por el respeto debido a los muertos, no escatimaron esfuerzos para que el último hogar de todos los fallecidos estuviera más limpio que nunca.
“El lavar y limpiar las tumbas nos ayuda a darnos cuenta de la importancia de cuidar a los que se han ido para preservar su dignidad, de acuerdo con las enseñanzas del Corán. También nos hace darnos cuenta de que un día u otro, nosotros también seremos enterrados en una tumba”, dijo Abid Taj, y agregó con gratitud: “Mi equipo de jóvenes voluntarios ha sido ejemplar. No contaron su tiempo, trabajaron duro durante días completos”.
“Estoy aún más orgulloso del excelente trabajo realizado, ya que es el trabajo de jóvenes musulmanes que están muy interesados en su comunidad y en la vida de la ciudad. Es bueno ver a esta joven generación movilizarse en beneficio de todos, de la comunidad en general”, se alegró Gulfraz Nawaz, un concejal laborista, mientras que la ciudad y todos sus habitantes afirman que están muy conmovidos por esta iniciativa, que busca preservar intacto el cementerio municipal.
Los jóvenes voluntarios musulmanes de Derby ven hoy sus esfuerzos doblemente recompensados: por el reconocimiento total y completo de las autoridades locales y sus conciudadanos, pero también por el sentimiento gratificante del deber cumplido bajo la mirada del Altísimo.
