
El Museo Arqueológico de la Vall d’Uixó disponía de unos restos humanos que se encontraron en la localidad en 1998, durante unas excavaciones en un solar de, conocida en la Vall como Durante todo este tiempo, han tenido una certeza: eran musulmanes, por las características del enterramiento (sin féretro, sin ajuar, orientado a La Meca). Pero tenían también una gran pregunta sin resolver:
La dificultad estribaba, en parte, a causa de la sobriedad con la que entierran a sus finados los musulmanes, que estuvieron más de cinco siglos en la actual la Vall d’Uixó (entre el 711 y hasta 1238, cuando la tomó Jaume I). La ausencia de cualquier objeto que acompañase a la persona fallecida dificulta la datación aún más.
Publicado en ‘Genome Biology’
La pasada semana, después de un largo proceso, un grupo de científicos liderados por Gonzalo Oteo, investigador posdoctoral con la beca europea Marie Curie, publicó la esperada respuesta definitiva a esa pregunta en la prestigiosa revista Genome Biology, después de la revisión entre pares.
Uno de los tres ejemplares que se sometieron a un estudio de genoma humano, hecho con radiocarbono, es el de un varón que está fechado «entre el año 706 y el año 888 de nuestra era», según dice Oteo, el principal responsable de la publicación, a Mediterráneo. Este diario adelantó la información hace unos meses, antes de la revisión entre pares.
No existen en la península ibérica restos conocidos por estos investigadores que estén datados en época islámica y que tengan datos asociados que sean más antiguos que estos. «Es casi contemporáneo a la conquista, aunque la mayor probabilidad es que sea una persona de la segunda generación [de colonos]», afirma Oteo.
Uno de los primeros musulmanes
La datación sorprendió a todos, puesto que esperaban que fuese posterior, de la época tardoislámica, algo que ahora se ha descartado por completo. Estos datos suponen que la persona enterrada en la antigua alquería vallera de Benigafull fue uno de los primeros pobladores musulmanes en Castellón. Esta publicación científica pone pruebas biológicas a un momento pivotal de la historia de la península: la persona a la que perteneció ese cuerpo fue testigo de los primeros compases de la ocupación musulmana. De hecho, la Vall d’Uixó ni siquiera se llamaba así, puesto que en aquella época eran varias alquerías independientes.
Estas alquerías árabes fundadas justo en aquella época son el origen del actual casco urbano de la Vall, puesto que antes los pobladores de este territorio vivían en otros puntos alejados del terreno urbanizado ahora (como es el caso de las evidencias encontradas en el paraje de San José). Así pues, podría decirse que la persona encontrada es el primer vallero del que se tenga constancia.
Los otros dos ejemplares de restos humanos que los investigadores han datado pertenecen a «mitad del período islámico, entre finales del siglo IX y principios del XI» uno de ellos, y otro «entre el siglo XIII y XIV». Fueron encontrados en otras alquerías musulmanas, Zeneta y Benizahat.