
Convertir la Franja de Gaza en “la Costa Azul de Oriente Medio”, pero sin los palestinos, es el proyecto disparatado mencionado por Donald Trump durante una conferencia de prensa organizada el martes 4 de febrero con Benyamin Netanyahu durante su visita a Washington. El presidente estadounidense ve incluso una “toma de posesión a largo plazo” del enclave palestino por parte de EEUU. Una idea “notable” para el jefe del gobierno israelí y sus partidarios, una ofensa para los palestinos que niegan sus derechos inalienables y para el resto del mundo que denuncia una limpieza étnica de Gaza.
Muchos países y líderes denunciaron rápidamente la propuesta estadounidense. La Organización para la Cooperación Islámica (OCI) denunció enérgicamente, el jueves 6 de febrero, las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump en las que llama a expulsar al pueblo palestino de la Franja de Gaza. Asimismo, condenó el apoyo estadounidense “a la llamada soberanía israelí sobre las tierras palestinas”, (…) considerando que ello contribuye a la consolidación de la ocupación, la colonización y la apropiación forzosa de las tierras palestinas”. “Esto constituye una flagrante violación de los principios del derecho internacional y de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, incluida la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad, que socavaría las oportunidades de paz y desestabilizaría la región”, añadió.
La OCI expresó “su absoluto rechazo a cualquier plan destinado a cambiar la realidad geográfica, demográfica o jurídica del territorio palestino ocupado, subrayando que la Franja de Gaza es parte integral del Estado palestino ocupado”. Apoya cualquier plan encaminado a un alto el fuego “amplio y duradero”, pero también a “la retirada completa de la ocupación israelí”, “el fortalecimiento de la determinación de los palestinos sobre su tierra y su retorno seguro a sus hogares”, “la prestación de ayuda de emergencia”, “la recuperación económica y la reconstrucción de la Franja de Gaza” y “la rendición de cuentas por todos los crímenes cometidos por la ocupación israelí contra el pueblo palestino”.
Ante el cese de la financiación del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), la OCI ha renovado finalmente su apoyo inquebrantable a esta organización de la ONU debido a “su papel central e irreemplazable” que la convierte en “testigo del compromiso internacional con los derechos de los refugiados palestinos y en un elemento de estabilidad en la región”.
Egipto y Jordania, entre muchos países musulmanes, han condenado la propuesta de Donald Trump de trasladar a los dos millones de palestinos de Gaza. “Arabia Saudí continuará sus incansables esfuerzos para establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital, y no establecerá relaciones diplomáticas con “Israel” sin esto”, dijo el miércoles 5 de febrero el Ministerio de Relaciones Exteriores saudí, afirmando que su posición es “no negociable”.
Los países europeos han adoptado una postura similar. “Francia reitera su oposición a cualquier desplazamiento forzado de la población palestina de Gaza, que constituiría una grave violación del derecho internacional, un atentado a las legítimas aspiraciones de los palestinos, pero también un importante obstáculo a la solución de dos Estados y un importante factor de desestabilización para nuestros socios cercanos, Egipto y Jordania, así como para toda la región”, anunció el miércoles 5 de febrero el Quai d’Orsay. Francia “seguirá movilizándose para la implementación de la solución de dos Estados, la única que puede garantizar la paz y la seguridad a largo plazo para israelíes y palestinos”. El futuro de Gaza no debe verse en la perspectiva del control por un tercer Estado, sino en el marco de un futuro Estado palestino.