Sin duda, una de las grandes
preocupaciones de los padres musulmanes es encontrar una pareja para
sus hijos. Esta preocupación parece que se multiplica más en el
caso de tratarse de una hija, no por la presión de la religión,
sino mas bien por los prejuicios culturales.
Los musulmanes
tienen como deber llegado a una edad determinada intentar casar a sus
hijos, ya que la religión prohíbe las relaciones prematrimoniales.
Pero elegir una pareja para los hijos es un deber difícil sobre todo
en un país no musulmán, donde los padres buscan a menudo que el
matrimonio sea con alguien del mismo país de origen y religión que
ellos.
Para los jóvenes que han nacido y crecido en Europa,
es un choque cultural enfrentarse a esta realidad. Sobre todo, para
las mujeres, que son las que sufren más presión cultural para
casarse. Incluso les presiona su propia familia para casarse
justificando que cuanto más mayores sean menos probabilidades tienen
encontrar un marido.
A estos jóvenes que han crecido viendo
la cultura europea les es difícil poder encontrar una persona que
entienda sus preocupaciones o su forma de pensar. Muchas veces se les
dice a las jóvenes que el pretendiente tiene que ser mayor que
ellas, y viceversa para los chicos, donde la chica debe ser menor.
Pero esto es un impedimento cultural mas que religioso, ya que por
ejemplo la mujer del Profeta, Jadiya, era 25 años mayor que él.
Muchos padres pretenden buscar alguien de la misma nacionalidad de
origen que ellos, pero esto es un requisito meramente cultural.
Hoy
en día, no existe una edad límite a partir del cual ya no se pueda
casar uno, sino que el entendimiento entre ambas personas que forman
una familia es lo mas importante. Conocer a una persona lleva tiempo,
y el matrimonio no es algo temporal por lo que hay que tomarse el
tiempo para conocer a la otra persona.
Los padres que se
preocupan por este tema deben saber que su deber es asegurar que sus
hijos encuentren una buena pareja, y que sean felices con ella.
Además de que, a diferencia de ellos, sus hijos han nacido y crecido
en un país y cultura diferente, lo cual implica que sus necesidades
son distintas.
Como explica el imam Hussam Khoja, del Centro
cultural Islámico de Madrid en su pagina de Instagram, debemos tener
fe en que Al-lah tiene un plan para todos y que es mejor la espera
que apresurarse y terminar en un desamor o divorcio.
El
matrimonio es un acto sagrado que necesita la mutua aprobación,
tanto de los padres como de los hijos, y es algo para toda la vida.
Por ello, no debemos tener prisa y presionar a los hijos. Y, sobre
todo, la edad, en el siglo XXI no es un factor importante, pero sí
el entendimiento mutuo.