Seguro que has pasado decenas de veces
por delante de alguna carnicería que se anuncia en su rótulo
como halal e incluso tiene su certificado halal en la
puerta, que sería como un sello de garantía de que la carne cumple
los requisitos de calidad exigidos.
¿Qué es carne
halal?
Halal significa permitido, beneficioso, y es
lo que el Corán recomienda a los musulmanes en sus costumbres en
general, si bien aquí nos vamos a limitar a lo concerniente a la
carne, porque la podemos comer todos independientemente de nuestras
creencias, resulta bastante más económica y tiene unas cualidades
muy especiales.
Motivos para comer carne halal
Nos
los enumeran pormenorizadamente Rachid El Haskouri, propietario
de la carnicería Born Halal, y Patricia Sola, veterinaria
y bromatóloga.
1. Los animales son alimentados de forma
natural
Para empezar, Sola señala que «los animales
no deben ser alimentados con nada que lleve hormonas de crecimiento
artificiales o proteína animal o proteína de sangre porque pueden
provenir del cerdo; algo positivo porque esos piensos son más
eficientes de cara al engorde pero de peor calidad nutricional para
el humano que coma la carne».
El Haskouri matiza que
«tienen que desarrollarse de forma natural, por lo que, cuando
pones un filete en la plancha, no pierde agua, se queda del mismo
tamaño, dado que no está hormonado».
2. Viven
pastando libremente
La certificación halal requiere que
los animales no sean criados en ganadería intensiva, que estén lo
más libres posible y vivan en unas condiciones decentes. En
consecuencia, «para comer pasto fresco, heno o ensilado (forraje
seco y fermentado comprimido en rodillos), el animal tiene que
moverse. Por tanto, ejercitará el músculo y la carne será más
magra, la distribución de la grasa estará más infiltrada en vez de
localizada y la concentración de ácidos grasos será más sana, al
predominar los insaturados, que en los animales amarrados y
alimentados con pienso», compara la veterinaria.
3.
Carne selecta a precios asequibles
Como resultado de todo
lo anterior, sorprende poder adquirir, a precios muy asequibles, «una
carne completamente desangrada, de corte limpio y que mantiene
intactos los nutrientes y el sabor natural, tierna, sin ‘pitracos’,
con la grasa justa y con muy buena capacidad de maduración en las
piezas más selectas», asegura el carnicero.
4. Los
adobos de las carnicerías halal son caseros
Aportan
sabores muy intensos porque utilizan especias naturales como cúrcuma,
pimentón, cilantro, pimienta, jengibre, perejil, etc… ya que el
Islam también prohíbe un montón de aditivos artificiales de esos
que leemos en las bandejas envasadas de los supermercados.
¿Qué
carnes puedes escoger y cómo las venden en las carnicerías
halal?
Ternera y vaca vieja: en forma de filete, entrecot,
aguja, carne picada o chuletón, que, sorprendentemente, puede costar
menos de 10 euros el kilo –difícil hallarlos más baratos por esa
calidad, ideales para hacerlos a la plancha o a la barbacoa–.
Pollo
y pavo: enteros, a piezas, en pechugas, adobados, en pinchitos
morunos sueltos o ya en brocheta para hacer a la parrilla.
Cordero:
lo venden en forma de pierna, paletilla, costillas, pinchitos,
etc.
Cabrito: si te quieres hacer un buen asado al horno, los
cabritos seleccionados como halal son unas piezas muy limpias y
jugosas.
Buey: con lo difícil que es hallar carne de buey
100%, en algunas de estas carnicerías halal se ocupan de garantizar
su trazabilidad.
Salchichas: las salchichas morunas pueden ser
naturales o especiadas, de ternera, pollo o pavo, fantásticas para
los niños y a la plancha.
Hamburguesas: con la carne picada
que también puedes comprar y suele llevar muy poca grasilla, hacen
hamburguesas. Y aparte de las normales de ternera, pollo o pavo, las
amalgaman con espinacas, especias o harissa, que es una salsa picante
bastante potente.
Embutidos de pollo y pavo: en fiambre,
especiados o al natural, en barra o en lonchas, tienen hasta salami y
chorizo de pavo.
Redondos rellenos: en algunas carnicerías
venden el redondo relleno casero con ingredientes seleccionados.
Lo
que no vas a encontrar: el Corán prohíbe explícitamente comer
animales ya muertos o desangrados, la sangre (así que olvídate de
comprar allí morcillas), la carne de cerdo y todo lo que haya sido
sacrificado en nombre de otro que Alá (es decir, no encontrarás,
por ejemplo, un canguro ni un ciervo cazado de un tiro ni rabo de
toro, por poner varios ejemplos).