Firmado: Youssuf Abdul
Hoy entrevistamos al imam Shahid, la Mezquita pakistaní de Lavapiés. Es día 2 de junio y la lluvia acecha a los viandantes. Me dispongo a entrar para rezar el maghrib y entrevistar al imam que nos recibe con cercanía, junto a Habib, devoto que nos ayuda en la traducción en varias ocasiones.
Tras el rezo, nos sentamos en la sala de oración y comienza la entrevista.
Cuando viene alguien a pedirte consejo, ¿cómo lo gestionas?
Yo siempre escucho a los ulemas. Lo más importante lo abordé en la jutba de hoy. Hay dos cosas que Allah dice que son fundamentales para entrar en el paraíso. Estas son el sabr y con el salat. Con estas dos cosas, si entran en nuestra vida podemos ganar el janna, es decir, el ajira y el dunia también. Y este es el mayor consejo para todo el mundo. Si viene algún cristiano, nosotros siempre decimos que en nuestra religión hay 5 pilares: el salat, la shahada, ayunar en Ramadán, hacer el hajj si es posible y la limosna.
Si dejamos uno de estos 5 pilares no estamos completos. Por eso, cada uno tiene que cumplirlos. Ese es el mayor consejo.
En cuanto al procedimiento, cuando alguien entra en la mezquita a pedirme consejo, yo siempre me siento con la gente directamente en la sala de oración. No me gusta ir a un despacho directamente.
¿Qué piensas de la importancia de la educación y el conocimiento en el islam?
Es muy importante para todos. No obstante, no solo tenemos que conocer nuestra religión sino también hay que leer sobre otras religiones. Allah busca el din para nosotros porque nos quiere mucho. Es por eso nos ha enviado a 124 profetas. El último profeta tiene el mismo trabajo que el resto. Por tanto, tenemos que leer la vida de todos los profetas si queremos aprender.
¿Cómo crees que tu trabajo afecta a la comunidad? Aquí en Lavapiés es multicultural. ¿Cómo se nota esto en el día a día?
El trabajo en la mezquita es fundamental para nuestra comunidad. Hoy también he abordado este tema en la jutba. No solo tenemos que respetar a los no musulmanes, sino que tenemos que respetar a todo el mundo, al final, todos somos diferentes. Cuando conocemos a alguien y o tenemos que hablar con alguien, tenemos que sonreír y no podemos decir una cosa en la cara y pensar otra cosa. Allah envió al profeta para cumplir el ijlaq. Como el profeta tenía un ijlaq muy alto, cada uno tiene que coger el ijlaq del profeta como ejemplo para tratar a todo el mundo.
¿Cómo llegaste a España? Cuéntame sobre tu vida.
Yo soy de Pakistán y vine con una oferta en 1999. Aún recuerdo el día exacto: el 21 de diciembre entré en España. Llevo en España desde esa época, pero soy imam de esta mezquita desde hace solo 2 años. En cuanto a mis rutinas, después del rezo del fajr, yo siempre intento descansar un rato puesto que, a las once de la mañana, todos los días (salvo el viernes), vienen niños para memorizar el Corán. Desde las once hasta a las dos. Disfruto mucho este tiempo con los chicos aprendiendo. Y cuando estoy libre, escucho los ulemas para aprender de ellos. Escucho algunos de Pakistán y otros de Arabia Saudí.
¿Qué piensas de los desafíos actuales que hay en el islam para todos los musulmanes?
Todos los días pienso en esto. Me reúno con gente diariamente para abordar este tema. El gran desafío es que la gente venga a la mezquita. Por eso nos preguntamos, ¿cómo podemos atraer a la gente para que venga a la mezquita? Porque en nuestra religión no podemos dejar a nadie atrás. Por eso, el profeta decía que cuando ves que un musulmán no va a la mezquita, tienes que pensar cómo ayudarle a que acuda a ésta. Por ejemplo, imagínate que tiene esa persona una tienda. En ese caso, puedes ir a su tienda a comprar cosas y mejorar la relación con él. Y te preguntas a ti mismo, ¿cómo puede venir este chico a la mezquita? Cuando me refiero a esto me refiero a todas las personas del mundo, aun así. Por eso cada día camino dos horas. Cuando veo a alguien sentado en el parque, en una tienda o incluso en alguna casa donde conozcamos que hay algún musulmán, me acerco para intentar convencerle. Asimismo, usualmente voy al hospital para visitar a la gente. Te pongo otro ejemplo, hay un chico africano que siempre viene y esta semana no ha acudido. He hablado con él, directamente, para preguntarle por qué no ha venido. Y más de una vez he visitado a alguno por esta razón. Esa es mi responsabilidad. Así lo hacía el profeta. Cuando alguna persona no iba al rezo del fajr, mandaba a los sahaba para preguntar.
¿Cómo te preparas las jutbas?
La jutba es fundamental. Los viernes es el día cuando viene todo el mundo, como bien sabes. Por eso, me la preparo con mucho cuidado y detalle. El tema lo decido en función de lo que leo y del contexto que es. Por ejemplo, si creo que puede ir bien hablar del sabr, entonces leo hadices sobre el tema. Ahora mismo estamos en Dhul Qadah y ahora todos los imames tienen que empezar a prepararse para hablar del hajj y abordar cómo los musulmanes pueden cumplir con los preceptos de Allah. Por eso cada día me leo algunos hadices sobre el tema. Y alguna vez, también, los memorizo.
¿Cómo compaginas tu vida personal con tu vida laboral?
Mi vida personal y mi vida laboral no se diferencian. En cada mezquita, el imam tiene que tener buena relación con todo el mundo. Como dije anteriormente, mi responsabilidad es que la gente venga a la mezquita. Por consiguiente, esa labor debo hacerla con constancia cada día.
Finalmente, nos despedimos y nos comprometemos a vernos de nuevo.