Autor: Youssuf Abdul
Hoy entrevistamos al imam Alí de la mezquita de Alcorcón. Nos abre las puertas de la mezquita de par en par y con una sonrisa en la cara, interrumpe una reunión para atenderme de la mejor de las maneras. Acto y seguido, nos sentamos en una sala y, sin apenas descanso tras el iftar, se decide a responder
¿Podrías describirnos tu rutina diaria en la mezquita?
Comienzo mi día laboral una hora antes de la oración del fajr (sobre las 6:10 a.m.). Durante ese tiempo, previo a la oración, establezco un programa de rezo para ver cómo se van a desarrollar las oraciones del día. Si es fin de semana, momento en el que los fieles disponen de más tiempo, las oraciones suelen ser más largas de lo habitual y si se desarrollan durante los días laborables, intento que el tiempo sea más corto, respetando así el trabajo de los musulmanes que se esfuerzan por acudir a la mezquita.
Después de la oración, me quedo en la mezquita recitando el Corán y revisando algunos hadices. Para mí, el Corán es la cosa más importante de mi vida, al leerlo siento felicidad y tranquilidad interna. Diariamente, leo una parte del Corán hasta que amanece definitivamente y, posteriormente, rezo el duha. Tras ello, me dedico a hacer tareas cotidianas del día a día como acudir a una cita con el ayuntamiento, hacer la compra o practicar deporte. Esto más o menos hasta las 11:00 a.m., momento en el que me acuesto un par de horas para descansar. Al levantarme de nuevo, me ducho.
Posteriormente, llega el duhr y tras él, me quedo en la mezquita recitando el Corán y atendiendo a los hermanos que me preguntan en privado sobre asuntos personales o religiosos.
Mi rutina ha cambiado algo durante Ramadán, en la cual doy charlas todos los días después de la oración del Asr a todos los creyentes, independientemente de las edades. Durante el resto del año, estas charlas las doy el sábado y el domingo, las cuales preparo con esmero dando gran importancia a la temática a tratar. Eso sí, siempre versan acerca de asuntos del islam, hadices, etc.
Asimismo, en la actualidad, preparo con mucha atención la oración de Tarawih. Leo y releo una parte del Corán y luego mando un audio a un profesor en Marruecos para que me dé el visto bueno y me corrija en caso de que pronuncie algo mal.
¿Cómo sueles preparar la jutba de los viernes?
Normalmente, tengo en cuenta las fechas del calendario musulmán. Si es el mes de Ramadán, como ahora, hablo de los beneficios de este mes sagrado. Si es el próximo mes, también hablo de los beneficios de ese mes. Dispongo de un programa de temas de jutbas. Para ello, consulto a sabios y les pido que me propongan algún tema interesante para los fieles. Al final, elijo un tema conveniente, véase sobre el respeto, el taqwa, sobre actos caritativos, la caridad, etc. Busco temas que que interesen a los musulmanes en su vida cotidiana. Por ejemplo, la jutba de justo antes de Ramadán fue una jutba para que se preparasen para ese mes.
Si algún fiel te pregunta sobre un tema concreto, normalmente, ¿cómo sueles actuar?
Personalmente, prefiero que la pregunta sea en un ámbito privado y no delante de otras personas, sobre todo si se pregunta sobre asuntos íntimos, como pueden ser problemas con la esposa, educación de los hijos, negocios, etc. A veces ocurre que me encuentro ante preguntas que no sé contestar exactamente o sobre las que dudo al responder. En ese caso, prefiero comentarle a la persona en cuestión que necesito un plazo para investigar y consultar. De ese modo, me aseguro que la respuesta va a ser adecuada y acabo aprendiendo día a día muchas cosas.
No obstante, y pese a los diplomas que dispongo (en oración, imamah, recitación de warsh y hafs, entre otros) los cuales me han sido otorgados a través del Consejo de los Ulema en Marruecos no tengo como objetivo ser un ulema famoso. Simplemente, quiero ayudar a las personas que lo necesiten.
¿En el que tiempo libre qué sueles hacer? ¿Tienes algún hobby?
Solo libro los jueves, sin embargo, durante Ramadán no estoy librando ningún día. Normalmente, los jueves los dedico a gestiones varias como por ejemplo ver amigos. El imamah es una responsabilidad, es un vínculo total y absoluto con los asuntos de los musulmanes. Yo estoy trabajando en la casa de Allah y, por lo tanto, no puedo ausentarme demasiado. Todos los viernes y los martes tengo una clase de 23 alumnos a los que enseño la memorización del Corán. Lo hago sin remuneración porque mi único objetivo es ganar la bendición de Allah.
Asimismo, todos los sábados y domingos doy clase de 9:00 a 13:00 sobre islam, los pilares del islam, la definición de la creencia, los hadices, acerca de seguir la senda del profeta, etc.
¿Cuáles son los consejos que podrías dar a alguien que quiera ser en el futuro imam?
En primer lugar, un imam tiene que tener todo el Corán muy bien memorizado. Eso sí, memorizado delante de un sheikh o varios, puesto que no basta con tenerlo memorizado para uno mismo ya que hay que saber recitarlo de manera correcta, tal y como lo hacía el profeta. Allah dice “y recita el Corán pausadamente”. Recitar bien el Corán ayuda a que los oyentes se emocionen por la recitación y por su contenido; a que sientan paz interior. Luego, tiene que aprender las normas del Corán, el fiqh, y siempre delante de algún sheikh.
Yo estudié en la ciudad de Fez, en la Universidad de Al Qarawiyyín. Es una universidad para estudios islámicos. Allí, aprendí durante 8 años la recitación del Corán, la lengua árabe, exégesis del Corán, los hadices, etc. Durante el primer año, nos hacen leer y estudiar 14 libros y, conforme van pasando los años, el número de libros aumentan.
Finalmente, me examiné delante del Consejo de Ulemas de Fez, tanto de forma oral como escrita.
Asimismo, un imam debe ser un buen orador, hecho para el cual también me examiné. Por consiguiente, también tengo un diploma otorgado por el Consejo de Ulemas de Fez en este sentido.
Sin embargo, la etapa más importante viene después de conseguir todos los títulos: la práctica en las mezquitas. Sin duda es aquella en la que se aprende más.
¿Cuál es el papel que tiene que desempeñar un imam en la sociedad donde se encuentra?
El imam tiene que ser un ejemplo a seguir, una persona que no mienta, que no roba. Tiene que gozar de las virtudes del buen musulmán tal y como reflejaba el Profeta. Debe aconsejar y orientar a los que están en el camino equivocado y, por supuesto, tiene que hacer un llamado constante para ayudar a los más desfavorecidos.
¿Cuáles son los desafíos de los musulmanes hoy por hoy?
Tenemos que estar en el camino del Profeta. Este camino es el camino hacia Allah. Tenemos que agarrarnos al islam y no hacer caso a los demás. No tenemos que tener odio hacia nadie. Simplemente, debemos ser fieles a nuestros principios islámicos.
Hay mucha gente que no quiere que siga como imam en esta mezquita. Pero, ¿acaso el Profeta no fue odiado, rechazado y perseguido? Hay que aguantar. Es un modo de actuar concedido por Allah: “Y no encontrarás en el modo de actuar de Allah ningún cambio” (33:62). Tenemos que conformarnos con lo que está prescrito por Allah y tenemos que seguir esa vía.
Has vivido en Marruecos y ahora te encuentras en España, ¿dónde prefieres vivir en el futuro?
Un musulmán tiene que adaptarse allá donde esté. Para el imam vivir en España o en Marruecos o en un pueblo lejano es indiferente. Lo más importante es la seguridad; la tranquilidad. Es verdad que hay diferencias entre un sitio y otro, pero para un musulmán lo importante es la práctica de sus ritos. Entonces, donde pueda practicarlos de mejor manera, será el más adecuado para él.
Llegué a España en 2018, justo en el mes de Ramadán. Luego volví a Marruecos para completar mis estudios y, por lo tanto, no tenía pensado volver a España. Por consiguiente, me quedé un año en Marruecos cuidando de mi madre quien estaba enferma.
Sin embargo, posteriormente, algunos musulmanes se pusieron en contacto conmigo para que fuese imam de la Mezquita Al Ándalus en Torrejón de Ardoz. La experiencia no fue satisfactoria por lo que pensé en volver a Marruecos. No obstante, cuando ya tenía comprado el billete de avión, apareció una oportunidad aquí. Finalmente, acepté y aquí estoy.