
La palabra «pájaro» (en árabe “At-Tair”) se menciona en el Glorioso Corán 5 veces y la palabra pájaros (Tuyur) aparece en el Noble Corán 13 veces.
Entre las aves, la abubilla (hudhud en árabe) ha sido mencionada específicamente dos veces en Surat An-Naml, de la siguiente manera: “Pasó revista a las aves y dijo: “¿Por qué no veo a la abubilla? ¿O es que está ausente?” (Surat An-Naml: 27:20).
La abubilla es un ave elegante. Recibe su nombre inusual por su estridente llamado, que suena claro y lejano y se repite dos o tres veces. A menudo el llamado se interrumpe muy brevemente. Esto puede deberse a que el pico del pájaro golpea bruscamente el suelo al final de la nota.
Es un ave de amplia distribución ubicada en las Islas Británicas, Europa, Asia y el Norte de África. Existe en las regiones templadas y tropicales del Viejo Mundo.
Mensajero de los Profetas
El profeta Salomón (Suleiman) fue un rey y gobernante de Siria y Palestina cuyos ejércitos estaban formados por tropas compuestas de hombres, genios y pájaros. Es posible que las aves fueran empleadas para comunicar mensajes, cazar y otros servicios adecuados.
En el Corán (27:20) leemos que el Profeta Salomón revisó sus pájaros y encontró que faltaba la abubilla (hudhud). Su brazo más móvil eran los pájaros, que eran ligeros en sus alas y volaban y veían todo como eficientes exploradores.
El profeta Salomón expresó su ira y su deseo de castigar severamente a la abubilla si no se presentaba ante él con una excusa razonable. Al poco rato volvió la abubilla diciendo:
“No esperó mucho (hasta que ella regresó) y dijo: “He tenido conocimiento de algo que tú desconoces y te traigo de Saba una información segura.”
“En verdad, he encontrado a una mujer gobernándoles y le ha sido dado de todas las cosas y posee un trono grandioso. He encontrado que ella y su pueblo se prosternan ante el Sol en lugar de hacerlo ante Dios y que Satanás les ha embellecido su comportamiento, por lo que les ha apartado del camino y no están guiados. No se prosternan ante Dios, que hace salir lo que no era manifiesto en los cielos y la Tierra y que conoce lo que hay en vuestro interior y lo que es manifiesto en vosotros. Dios, no hay más dios que Él, Señor del Trono inmenso.”
Dijo (Salomón): “Pronto veremos si has dicho la verdad o eres un mentiroso. Lleva esta carta mía y déjala
caer junto a ellos, luego regresa cerca de ellos y observa cómo reaccionan.” (27:22-28)
¿Poderes especiales?
Aquí termina el papel de la abubilla. Algunas personas han interpretado que abubilla (hudbud) era el nombre de un hombre y no de un pájaro, porque no era posible que un pájaro estuviera dotado de tales poderes de observación y expresión como para pasar sobre un país y llegar a saber que es la tierra de Saba, tiene tal o cual sistema de gobierno, está gobernado por cierta mujer (Bilquis), que su religión es el culto al sol, que debería haber adorado a un Dios Único en lugar de haberse extraviado, y luego, a su regreso al Profeta Salomón, realizar un informe tan claro de todas sus observaciones ante él.
El contraargumento es que a pesar de los grandes avances en ciencia y tecnología, el hombre no puede decir con absoluta certeza qué poderes y habilidades poseen las distintas especies de animales y sus diferentes individuos.
Hasta ahora el hombre no ha podido saber por ningún medio seguro lo que saben los diferentes animales, lo que ven y oyen; lo que sienten, piensan y comprenden; o cómo funciona la mente de cada uno de ellos.
Sin embargo, por poca observación que se haya hecho de la vida de las diferentes especies de animales, se han revelado algunas de sus maravillosas habilidades.
Ahora, cuando Dios, Quien es el Creador de estos animales, nos dice que le había enseñado el habla de las aves a uno de Sus Profetas y lo bendijo con la capacidad de hablarles y comprenderles, y que la domesticación y el entrenamiento del Profeta le permitieron a la abubilla (hudhud) hacer ciertas observaciones sobre tierras extranjeras e informar de ellas al Profeta, entonces dichos intérpretes deberían estar preparados para revisar su poco conocimiento sobre los animales a la luz de la declaración de Dios.