Desafortunadamente, muchos de nosotros, por una razón u otra, no podemos ayunar en Ramadán. Y es fácil sentirse desanimado y excluido.
Sin embargo, la realidad es que Dios es un Dios increíblemente misericordioso y nos ha dado la oportunidad de acercarnos a Él en Ramadán incluso cuando no podemos ayunar, sin tener que rendir cuentas por no poder participar en el ayuno.
Para empezar, el objetivo del Ramadán, contrariamente a muchas ideas, no es el ayuno. De hecho, el ayuno en Ramadán es un medio para lograr un fin, no el fin en sí mismo. El objetivo del Ramadán realmente es volver a conectar con Dios a través del Corán.
El ayuno nos ayuda a acercarnos más a Dios a través del Corán al reenfocarnos en lo que importa más que la comida y el entretenimiento.
Pero el ayuno no es el objetivo y no es la única manera de experimentar plenamente el Ramadán.
¿Cómo se puede entonces vivir el Ramadán sin ayunar?
– Dedica todo el tiempo que puedas a leer y especialmente a comprender el Corán.
– Dedica más tiempo y energía a ayudar a los pobres y débiles entre vosotros. Participa en una organización benéfica local.
– Alimenta a una persona en ayunas, dos o diez. ¡Dios promete igual recompensa para aquellos que alimentan a las personas que ayunan que para las mismas personas que ayunan! El Mensajero de Dios, que la paz y las bendiciones sean con él, dijo:
“Quien alimente a una persona que rompe su ayuno obtendrá la misma recompensa que ella, sin que en nada disminuya la recompensa de la persona que ayuna”. (Tirmidhi)
– Dedica tu energía y tiempo a enseñar a otros algo valioso sobre lo que sabes mucho. ¡Esto también es caridad!
– Elije abstenerse de alimentos que realmente disfrutas. ¿Te encantan los helados o los dulces? Abstente de estos durante las horas del día.
– Decora tu espacio en casa con motivos de Ramadán para que sientas la temporada y otros sepan que es Ramadán y tal vez se sientan inclinados a hacer preguntas sobre el Islam y el Ramadán.
– Elige abstenerte de actividades que te gusten (que pueden hacerte perder el tiempo), como ver películas, televisión o deportes, o escuchar música durante todo el mes.
Estas son sólo algunas ideas, pero hay muchas más.
Lo importante es: ¡ayunar no es el punto!
El ayuno sirve como un medio para acercarnos a nuestra verdadera meta, que es la cercanía a Dios a través de la obediencia y la autorreflexión.