En el islam, Jesús (P) (también conocido como Isa en árabe) es considerado un mensajero de Dios, uno de los profetas más grandes que jamás hayan existido. Los musulmanes creen que Jesús (P) nació de la Virgen María, y que realizó milagros y predicó la palabra de Dios. Según la tradición islámica, a Jesús (P) se le encomendó la tarea de difundir el mensaje del monoteísmo entre los Hijos de Israel, que se habían desviado del camino verdadero y adoraban a dioses falsos.
Llamó a la gente a arrepentirse y volver a adorar al único Dios verdadero. También se cree que a Jesús (P) se le otorgó la capacidad de realizar milagros, incluida la curación de los enfermos y la resurrección de los muertos. Estos milagros fueron vistos como una señal del poder de Dios y una confirmación del papel de Jesús como profeta.
A pesar de sus grandes enseñanzas y milagros, no se cree que Jesús (P) sea el hijo de Dios o el salvador de la humanidad en el islam. Según la creencia islámica, Jesús era un ser humano, como todos los demás profetas, y no era divino. Los musulmanes creen que Jesús (P) no fue crucificado, sino que Dios lo elevó al cielo y regresará a la tierra al final de los tiempos.
En el islam, Jesús (P) es reverenciado como uno de los más grandes profetas, y su mensaje es visto como una continuación del mensaje de los profetas que vinieron antes que él. Los musulmanes creen que Jesús predicó el mismo mensaje de monoteísmo y sumisión a la voluntad de Dios que enseñaron los profetas anteriores, y que desempeñó un papel vital en guiar a las personas por el camino correcto.