El Mensajero de Dios (PB) dijo:
“El pecado de la calumnia es mayor que el pecado de adulterio”. Cuando los compañeros le preguntaron cómo podía ser esto, respondió:
“Hay… actos cuya comisión rompe el ayuno, es decir, una persona no gana nada en el otro mundo, excepto sufrir hambre y sed. Estos son las mentiras, las calumnias, el prestar un falso juramento y una mirada voluptuosa a lo prohibido”.
Y en otro hadiz dice:
“El que calumnió y el que escuchó y lo oyó son iguales en el pecado. Por lo tanto, el que ha sido testigo de la calumnia debe evitar que el detractor la realice”.
“Si el que cometió adulterio (zina) se arrepiente, el Todopoderoso acepta su arrepentimiento, pero Dios no perdona la calumnia hasta que su autor sea perdonado por aquel de quien calumnió”.