Cuatro reglas básicas sobre el dinero en el islam

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El islam establece algunas normas sobre la forma de ganar y administrar el dinero y otros aspectos referidos a él. Podemos resumirlas en estos cuatro puntos:

1. Ganar el dinero de forma lícita

El dinero se vuelve útil solo si se gana de una manera permitida y por medios lícitos. En otro caso, los fondos, por grandes que sean, se desperdiciarán. Por lo tanto, cada uno de nosotros está obligado a hacer todo lo posible para obtener los ingresos de una forma permitida.

Dios en el Corán dice: “¡Oh Profetas! ¡Comed de los alimentos puros y obrad rectamente! En verdad, Yo conozco bien lo que hacéis.” (23:51)

El Mensajero de Dios (PB) dijo: “La búsqueda de un ingreso permisible es una obligación después de una obligación (después del testimonio de fe y la oración obligatoria)” (citado por At Tabarani).

2. Ni tacañería ni derroche

Junto con la adquisición de bienes materiales, tenemos la responsabilidad de su buen uso. Se debe evitar el derroche y la extravagancia, mostrando ingratitud por las bendiciones que el Señor nos ha otorgado. Pero al mismo tiempo, existe la necesidad de evitar el otro extremo, cuando nos golpea la codicia y la avaricia.

El Todopoderoso nos advierte sobre esto en el versículo 29 de la Surah al-Isra (17), cuyo significado es el siguiente: “No seas tacaño, evitando gastar en cosas buenas, como si tu mano estuviera encadenada a tu cuello con una cadena de hierro, para que no puedes estirarla. Pero no seas demasiado generoso, extendiéndote y gastando dinero sin control. Entonces, o te culparán por tu tacañería o te quedarás sin dinero, arrepentido y triste.”

También se transmiten las palabras del Profeta (PB): “Comed, bebed, vestíos y dad limosna (sadaqa), evitando el despilfarro (israf) y la tacañería” (citado por el Imam Al-Bujari).

3. Dar limosna (sadaqa)

La caridad es algo maravilloso que une los corazones, une a las personas y fortalece la amistad. Y también aumenta la bendición de nuestra propiedad. De la misma manera, la caridad nos cura a nosotros y a nuestros seres queridos. El Profeta (PB) dijo: “Protege tu propiedad con el zakat, trata tu enfermedad con limosnas y aleja los problemas con la oración” (citado por Abu Daud y At-Tabarani).

Compartiendo nuestra propiedad con los necesitados, no reducimos de ninguna manera nuestra herencia, que nos fue dada por el Señor mismo. Además, el Todopoderoso promete aumentar la fortuna del dador de limosnas (es decir): “¿Quién hará a Dios un préstamo generoso? Dios se lo devolverá multiplicado. Dios es quien da la estrechez y el desahogo y a Él regresaréis” (2:245).

Y otra aleya del Corán dice: “No obtendréis la virtud1 hasta que no gastéis en caridad de aquello que amáis. Y cualquier cosa que gastéis Dios lo sabrá” (3:92).

4. La confianza en Dios

Al mostrar celo en la búsqueda de los bienes terrenales, no debemos olvidarnos de la confianza en el Creador, que nos los concederá.

El Señor mismo nos recuerda esto en el Sagrado Corán: “Y (Dios) hará que le llegue la provisión por donde menos lo espera. Y quien confíe en Dios tendrá suficiente con Él. En verdad, Dios hace que Su orden se realice. Dios ha establecido una medida para cada cosa” (65:3).

El hecho de que el que confíe en el Todopoderoso no se quedará desamparado también se dice en este dicho del Profeta Muhammad (PB): “Si confiaras en Dios correctamente, Él te daría mucho de la misma manera que da a los pájaros que vuelan hambrientos y regresan llenos” (citado por Ahmad, At-Tirmizi y An-Nisai).

Aquí vemos que la confianza en Dios no debe conducir al aislamiento de la realidad y la ociosidad. La esperanza en el Todopoderoso debe estar conectada con el trabajo, con ciertas acciones. Después de todo, un pájaro necesita salir de su nido para buscar comida para sí mismo, y Dios le da comida y regresa lleno. Y también debemos trabajar y mostrar celo, mientras confiamos en el Todopoderoso con todo nuestro corazón.

Se dice en un hadiz que una vez alguien le preguntó al Profeta (PB): “Oh Mensajero de Dios! ¿Debo atar a mi camello y confiar en Dios, o debo desatarlo y confiar en Él?”. El Profeta (PB) respondió: “¡Ata y confía!” (citado por At Tirmidhi).

FuenteMundoislam
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