Es probable que las medidas de contención contra el coronavirus duren varias semanas más para frenar la epidemia y tales medidas afectarán así al desarrollo del mes sagrado del Ramadán.
El mes de Ramadán (noveno mes lunar) de este año 1441 de la Hégira comenzará en torno al 24 de abril de 2020.
No se sabe aún si las medidas tomadas de confinamiento seguirán vigentes para estas fechas, pero parece probable que así sea. La prohibición de toda reunión física afectará al mes de Ramadán y también lo hará el cierre de los lugares de culto. Este período de confinamiento llevará a la suspensión de numerosas actividades en el mes de Ramadán en sus formatos habituales.
1. Las oraciones diarias en mezquitas.
Basándose en las predicciones mencionadas anteriormente y el principio fundamental de la preservación de la vida “y quien salva una vida humana es como si salvara a toda la humanidad” (Corán 5:32) los fieles deberán realizar sus oraciones diarias en casa hasta nuevo aviso. Es la única actitud responsable que se ajusta a los principios y valores de nuestra religión en este contexto epidémico.
2. La práctica del ayuno
La práctica del ayuno depende intrínseca e individualmente de cada uno, allí donde se encuentre. Por lo tanto, esta práctica no se ve directamente afectada por el contexto actual. Quienes cumplan las condiciones para el ayuno y puedan observarlo cumplirán este mandato como de costumbre. Aquellos que tengan una exención reconocida, como enfermedad, vejez, embarazo, lactancia o viajes, estarán exentos dependiendo de su situación.
Algunos pacientes lo harán en otra época del año. Otros que padecen enfermedades crónicas (incurables) lo reemplazarán con limosnas, que consisten en ofrecer una comida (o el valor monetario de la comida) a una persona necesitada por cada día que no ayune. El valor promedio de la comida se calcula en función del nivel de vida habitual de la persona que lo ofrece. Esta última disposición también es válida para las personas mayores que solo pueden soportar el ayuno con gran incomodidad.
En todos estos casos, se debe buscar el consejo de su médico y seguir los consejos de una autoridad religiosa competente. No hace falta decir que todas estas situaciones son independientes de si las mezquitas están abiertas o cerradas.
3. Las oraciones de tarawih
La mayor parte de las escuelas jurídicas musulmanas consideran que las oraciones de tarawih son altamente recomendadas (sunnah muakadah) y no obligatorias. Para la escuela maliki, esta es una recomendación fuerte para la comunidad y no para los individuos.
Además, no hay necesidad de recitar todo el Corán durante las oraciones de tarawih. Estas pueden hacerse recitando la primera sura del Corán “Al Fatiha” y otra sura que los fieles repiten habitualmente en todos los ciclos primero y segundo (rakaat) de las oraciones. Y así durante todo el mes. Es esta opinión la que sostiene Sheij Jalil, una referencia notable de la escuela maliki en su colección Mujtassar Jalil. Esto significa que todos pueden realizar la oración de tarawih de forma segura en casa.
4. Aceptar con serenidad las condiciones del confinamiento
Cualquiera que sea la duración de la reclusión en vigor, tendremos que elevarnos individual y colectivamente para enfrentar el desafío que nos impone. Tendremos que construir juntos soluciones alternativas que nos permitan vivir, con alegría y esperanza, estos momentos importantes de nuestro calendario espiritual.
5. Las comidas de ruptura del ayuno
En Ramadán, muchas mezquitas y organizaciones benéficas organizan comidas rápidas (iftar) y las comparten con los necesitados y con amigos de todas las religiones. Es muy probable que estas comidas no puedan realizarse este año en sus formatos habituales, dado el cierre de mezquitas y la limitación de las reuniones.