Las redes sociales cumplen un papel importante a la hora de permitir a la gente mantenerse en contacto y divulgar noticias, pero también pueden jugar un papel muy negativo generando numerosos males. Uno de ellos son los efectos de la exhibición de riqueza y la ostentación, males que los musulmanes deberían evitar.
En muchas páginas, en especial en Facebook, muchos gustan de exhibir viviendas y propiedades lujosas, parejas enamoradas, comidas exuberantes, decoraciones o vacaciones en algún destino exótico. Sin embargo, no todos se alegran por esta felicidad material de las personas que la exhiben. La realidad es que tales muestran provocan el deseo de tener esta “felicidad” a muchos que no tienen la suerte de poseerla y esto puede causar envidia o incluso odio y resentimiento contra aquellos que exhiben tales dones.
Existen algunos casos donde tales personas incluso pueden tratar de dañar, “enviar mala energía” o difundir rumores en contra de aquellas personas que exhiben tales dones. Al ver esta exhibición de lujo, algunos pasan a menospreciar sus propias vidas, sus cosas o incluso sus parejas y sueñan con poseer cosas similares a las que han visto. Algunos pueden pensar en robar para adquirir aquello que ven y no pueden tener. Otros deciden romper con su pareja para buscar una supuestamente mejor en Internet.
En cualquier caso, la ostentación es algo erróneo en la vida. Y el Islam la prohíbe también. La religión nos llama a ser humildes en todo. No debemos mostrar arrogancia y tenemos que evitar la vanidad con respecto a aquellas cosas positivas de que disfrutamos: riqueza, belleza, inteligencia etc de las que disfrutamos.
El no exhibir públicamente nuestra felicidad y no provocar la envidia y resentimiento en otras personas es algo necesario. Esto no significa que no debamos estar en las redes sociales, sino que debemos mostrar una disposición a desarrollar un papel positivo, y escuchar y ayudar, al menos con el consejo, a aquellas personas que tienen problemas.