El Sagrado Corán, el mayor milagro de la cadena profética

El mayor milagro del Mensajero de Dios es el Sagrado Corán. Él es el mayor milagro de todos, no sólo del Profeta Muhammad, sino de todos los demás profetas desde Adán.

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Los teólogos dan la siguiente definición para el término milagro: “Un milagro es cuando Dios Todopoderoso hace algo que rompe las leyes de la naturaleza y que no puede ser repetido”.

Un milagro puede ser de tres tipos:

1) Por medio de las palabras, como sucede en el caso del Sagrado Corán.

2) Por medio de acciones, como el flujo de agua entre los dedos del Profeta Muhammad (PB).

3) Por medio de inacciones, como el hecho de que el Profeta Ibrahim (Abraham) no se quemara en el fuego.

Los profetas llevaron a cabo milagros con el fin de convencer a sus pueblos de su honestidad, de la autenticidad de su misión profética y de la naturaleza divina de los Libros y las normas que trajeron.

El mayor milagro del Mensajero de Dios (PB) es el Sagrado Corán. Él es el mayor milagro de todos, no sólo del Profeta Muhammad (PB), sino de todos los demás profetas desde Adán porque los milagros de estos cesaron después de que ellos fallecieron, mientras que el Corán, el mayor milagro de todos, permanecerá hasta el fin de los tiempos.

Un milagro del Libro Sagrado es la armonía y elocuencia de su contenido, que trata sobre Dios, el mundo, el universo etc. El libro contiene muchos hechos que han sido confirmados recientemente por los últimos descubrimientos en varios campos de la ciencia, como han revelado varios científicos, como Maurice Bucaille.

Desde el tiempo de la revelación del Corán, los enemigos del Islam han intentado crear algo similar o hallar algún error en la Escritura. Pero todos los intentos han sido en vano. La creación de algo como el Sagrado Corán está fuera del alcance de los humanos, los yinn o sus esfuerzos conjuntos. “Di: “Si los hombres y los genios se juntasen para traer un Corán como éste no podrían traerlo aun que se ayudasen unos a otros”. (17:88)

La razón de enviar esta aleya fue que aquellos que no creían en la misión profética de Muhammad (PB) y que no aceptaban la Escritura comenzaron a afirmar que ellos podrían componer, si quisieran, algo similar. Sin embargo, no importa cuantas veces lo hayan intentado hasta el día de hoy, han fracasado.

El Corán, a diferente a todas las demás Escrituras, no ha desaparecido ni ha sido alterado o distorsionado. Cada una de sus letras nos ha llegado en la misma forma en que fue revelada en el tiempo del Mensajero de Dios. No hay duda de ello porque:

A) El Creador del propio Corán asegura que protegerá a Su Escritura: “En verdad, Nosotros hacemos descender el Recuerdo y, en verdad, Nosotros somos sus protectores”. (15:9)

B) Algunas copias del Corán han sido preservadas hasta el día de hoy. Las antiguas copias del Corán, recopiladas en vida de aquellos que las habían escrito o las habían memorizado, continúan en los museos y colecciones privadas. Y ellas son idénticas a las modernas copias del Libro.

La sabitudía del hecho de que el Sagrado Corán haya sido preservado de todos los cambios y distorsiones asegura que él es el mismo que fue transmitido a la gente por el Último de los Profetas, que fue enviado a toda la humanidad, y que no habrá otros mensajeros después de él. Esto contrasta con las anteriores Escrituras y los mensajeros que las trajeron, que tuvieron una vigencia durante un cierto período hasta que el siguiente mensajero fue enviado y corrigió la situación encauzándola de nuevo hacia el camino recto.

La preservación exacta del Corán nos habla de la grandeza del Mensajero que lo trajo. Para esta acción, el Todopoderoso escogió al Más Grande de Sus Mensajeros. Agradecemos a Dios el formar parte de la comunidad del Más Grande Mensajero, el Profeta Muhammad (PB).

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