Karen
Armstrong, de 75 años, una especialista británica de renombre
mundial en religiones, que entró en una orden religiosa en una etapa
anterior, respondiendo al llamado de Dios, es una de esas defensoras
de la fe musulmana que no temen decir la realidad sobre esta
religión.
Frente al cinismo de algunos autoproclamados
expertos que brillan con su ignorancia y prejuicios contra el Islam,
esta religión encontró en esta ex monja católica de raíces
irlandesas, autora conocida por sus obras de religión comparada y su
libro sobre el profeta “Una biografía del Profeta” (publicado en
1991), uno de sus mejores abogados.
En una entrevista reciente
con el diario español El Mundo, Karen Armstrong, que es
particularmente apasionada por el estudio de los valores comunes
propugnados por las principales religiones, como la compasión,
lamentó que la tercera religión del Libro sea constantemente
criticada. difamada y demonizada.
Cuando se le preguntó por
qué “el terrorismo islámico está librando una guerra santa en
nombre del Corán”, respondió de inmediato que el libro sagrado
del Islam ordena realizar un “yihad” completamente diferente, un
“esfuerzo en el camino de Dios”, mucho más grande, noble y puro,
que el que referido a la guerra.
El Corán pretende “construir
una sociedad igualitaria que respete y proteja a la persona humana,
defienda, ayude y proteja a la familia, y haga de la justicia social
un principio fundamental”, insistió Karen Armstrong, al condenar
la instrumentalización odiosa o la apropiación indebida de la
religión musulmana “para justificar el terrorismo”.
Mientras
que muchos en las sociedades occidentales bajo influencia solo ven su
yihad en un sentido “guerrero”, Karen Armstrong especifica que
los versos del Corán que se refieren a la guerra fueron escritos en
un contexto histórico preciso, en respuesta a una amenaza
inminente.
“Pero 400 años después de la muerte del
Profeta, cuando fueron atacados por Oriente y Occidente, por los
mongoles y los cruzados, los líderes musulmanes los invocaron para
alentar a la gente a luchar. Era la opción entre la resistencia o la
extinción”, dijo.
Karen Armstrong, por otro lado, aprecia
mucho que las comunidades musulmanas en el Reino Unido y EEUU la
tomen en serio. “Es una verdadera fuente de satisfacción ser
considerada por los propios musulmanes como una digna pensadora y
teóloga”, dijo.
