
La revista francesa Charlie Hebdo ha publicado una caricatura obscena e insultante del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan el pasado 17 de mayo, tras la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Turquía.
Cuando se aproxima una segunda vuelta decisiva el 28 de mayo, a la que se acerca en primera posición el presidente Erdogan, la caricatura lo representa desnudo en una bañera, en proceso de electrocutarse mientras cambia una bombilla. Una siniestra referencia al cantante Claude François, que murió en las mismas trágicas circunstancias el 11 de marzo de 1978.
Al otro lado del Bósforo, la sátira de Charlie Hebdo no hizo reír a nadie. Por el contrario, levantó una fuerte oleada de indignación que aún no se calma.
Indignada, Turquía, a través de la voz del portavoz de la Presidencia, Ibrahim Kalin, fustigó esta “basura”, mientras se burlaba: “Si la revista se ha vuelto tan loca es porque Turquía va por buen camino. El mal a veces es así; guía al bien”.
Y para remachar el punto, dijo no sin un poco de ironía mordaz: “No te preocupes, Charlie Hebdo. Nuestra nación les dará la mejor respuesta, con más voz, el 28 de mayo”.
Indignado, el director de comunicación de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, por su parte, criticó duramente a la revista francesa: “Uno de los centros más importantes de provocación, insultos y blasfemias en los medios de comunicación del mundo. La horrible publicación Charlie Hebdo ha vuelto a demostrar al mundo lo repugnante que es, con su última caricatura inmoral de nuestro presidente».
También hay que citar el tuit mordaz de Mevlüt Çavuşoğlu, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía: “El inhumano y despreciable Charlie Hebdo continúa insultando a la nación turca. ¡No olvidemos! Los que alaban el mal siempre se ahogan en su propio odio y estupidez. La verdadera lección es que aquellos que no pueden derrotar el libre albedrío de la nación turca confían desesperadamente en el destino”.