Senadora musulmana de Australia pronuncia discurso en el Parlamento en favor de la diversidad

Culminación de su histórica elección que, el pasado mes de junio inauguró una nueva era en Australia, tuvo lugar el primer discurso que Fátima Payman, la primera senadora musulmana australiana, en el Parlamento Federal en Canberra.

El discurso giró en torno a la diversidad y el respeto a la alteridad. La hija mayor de unos refugiados afganos, se convirtió en la primera senadora musulmana en sentarse en el hemiciclo, después de ganar la votación.

Con tan solo 27 años, la laborista Fátima Payman puede estar orgullosa de haber grabado su nombre en la historia de su lejana tierra de asilo. Pero su lealtad a los nobles valores del islam y la alta idea que tiene del ejercicio de la política la invitan a la humildad.

En el momento de su primer discurso en un Senado que la escuchó religiosamente, la parlamentaria más joven en el cargo, abrumada por la emoción, rindió un conmovedor homenaje a su padre, Abdul Wakil Payman, quien murió de leucemia en 2018, sin haber tenido el placer de asistir a la consagración de su hija.

Un padre del que recordó que él mismo fue diputado en Afganistán antes de que, con el corazón apesadumbrado, optara por el exilio en 1999 para no sufrir los horrores de la guerra. Ella saludó, con los ojos llenos de lágrimas, los “sacrificios” que hecho para “dar a sus hijos todas las posibilidades de éxito” en su nuevo país.

Un padre que estuvo varios meses encerrado en un centro de detención para inmigrantes, nada más bajarse del barco que lo llevó a Australia. Un padre por el que Fátima Payman todavía llora y hacia quien todos sus pensamientos se dirigieron al hablar, evocando su vida de trabajo duro en la tierra de acogida.

“Me gustaría que mi primer agradecimiento fuera para mi difunto padre, cuyos sacrificios nunca serán olvidados. Me hubiera gustado tanto que estuviera aquí, hoy, entre nosotros, para ver hasta dónde ha llegado su hija”, dijo con voz temblorosa.

A este conmovedor homenaje siguió su apasionada defensa del multiculturalismo, saludando que el templo legislativo empiece a “reflejar la verdadera diversidad” que caracteriza a esa inmensa tierra de contrastes, tan ricos como llamativos.

Para su primer discurso en el prestigioso recinto del Parlamento, el llamamiento con acentos unificadores de Fátima Payman habrá marcado indudablemente los ánimos, en particular cuando martilleó: “Hace cien años, y menos diez años, este Parlamento ¿habría… aceptado que una mujer como yo fuera elegida? Para aquellos que eligen juzgarme por lo que me pongo o juzgan mis habilidades en función de cómo me visto, sepan que esta es mi elección”.

FuenteOumma.com
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