Las mezquitas de Marruecos abrieron este miércoles sus puertas tras cuatro meses de cierre, poniendo fin así a una medida jamás tomada en el país, aunque con salvedades, porque solo abrirá la décima parte de los templos y permanecerán además cerrados para la plegaria colectiva del viernes, que es la más importante.
En la capital rabatí las mezquitas tuvieron una asistencia inusual de gente, y en algunos templos, como la Mezquita Molina de Rabat, el aforo (reducido por razón del coronavirus) se llenó rápidamente hasta que se rechazo el acceso de más personas.
Un funcionario del Ministerio de Asuntos Islámicos, que estaba presente en el lugar, explicó que esa mezquita puede a acoger a entre 400 y 450 personas en los días normales, pero las autoridades solo permiten en la actualidad el acceso de 127 fieles.
En la explanada de la mezquita se les mide la temperatura a los visitantes, que tienen que desinfectar luego sus manos, y todos deben llegar con mascarilla y con su propia alfombra de rezo.
El ministro marroquí de Asuntos Islámicos, Ahmed Toufiq, explicó ayer que de las 51.000 mezquitas que hay en el país, solo abrirán hoy un total de 5.000 en todo el territorio nacional desde el rezo del mediodía de hoy, y el resto irán abriendo de forma progresiva.
Durante una comparecencia en la Cámara de Consejeros (la Cámara alta del Parlamento) aseguró que esta reapertura es únicamente para cumplir las cinco oraciones diarias obligatorias y tendrá en cuenta la situación epidemiológica en cada región y los requisitos de control de salud.
Consejos preventivos del Ministerio
El Ministerio de Asuntos Islámicos ha preparado un protocolo para facilitar una reapertura sana, que incluye varias medidas preventivas y un alto nivel de vigilancia para prevenir que los templos se conviertan en focos del virus.
Según el escrito, de 35 páginas, las mezquitas, cerradas desde el pasado 16 de marzo, abren sus puertas 15 minutos antes de la hora de la oración y cierran inmediatamente después de cumplirla.
El protocolo también estipula una serie de consejos preventivos, como evitar las aglomeraciones en la entrada y salida de los templos, así como la delimitación de espacios reservados para cada uno de los fieles para mantener la distancia física recomendada (un metro y medio mínimo).
Además, recomienda la ventilación permanente de las mezquitas, abriendo sus puertas y ventanas, y un control estricto del estado de salud de los clérigos y del resto del personal que trabaja en los templos, entre otras medidas.
En un comunicado, el Ministerio marroquí de Asuntos Islámicos subrayó que el cierre de las mezquitas durante el rezo del viernes, el más importante de la semana, permanecerá vigente hasta nueva orden, sin dar ninguna pista sobre esa esperada fecha.
Controversia en torno al cierre de los templos
El cierre de las mezquitas ha levantado algunas críticas por parte de grupos islamistas, como el Movimiento de Justicia y Caridad, considerado como la mayor organización opositora a la monarquía en Marruecos.
El coordinador de la Comisión de los Ulemas de ese movimiento, no autorizado pero tolerado, consideró el pasado 1 de julio que la continuación del cierre de las mezquitas es “injustificada” y priva a los fieles de su “seguridad espiritual colectiva”.
La Justicia marroquí no ha sido indiferente ante algunas de esas críticas; así, el pasado 2 de abril un tribunal de la ciudad de Casablanca, al sur de Rabat, condenó al jeque salafista Abdelhamid Abu Naim a un año de cárcel por considerar que el cierre de las mezquitas convierte a Marruecos en un Estado “apóstata”.