El Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido falló a favor, el martes 16 de abril, de que una escuela de Londres prohibiera a sus alumnos rezar. Creyendo que esta norma era discriminatoria y atentaba contra su libertad religiosa, una estudiante emprendió acciones legales.
Enfrente, la escuela Michaela, situada en Wembley, al noroeste de la capital británica, cree que las oraciones perjudican la «inclusión» entre los alumnos y justifica la prohibición debido a un “cambio cultural” marcado por la «segregación entre grupos religiosos”.
El magistrado considera que “la desventaja causada a los estudiantes musulmanes por la política de la escuela en materia de oración se contrarresta con el objetivo de promover los intereses de todos (los estudiantes) de la escuela, incluidos los musulmanes”. Además, según el juez, la demandante había “al menos aceptado implícitamente, cuando se matriculó en la escuela, que estaría sujeta a restricciones en cuanto a su capacidad para manifestar su religión”.
“Aunque perdí, sigo pensando que tomé la decisión correcta al intentar impugnar la prohibición», dijo la estudiante. “Hice lo mejor que pude y fui fiel a mí misma y a mi religión.”
“Una escuela debe ser libre de hacer lo que es correcto para sus alumnos”, reaccionó, por su parte, la directora del centro, Katharine Birbalsingh, en X. “La decisión del Tribunal es una victoria para todas las escuelas.”
Su escuela, abierta desde 2014, es presentada regularmente en los medios como “la más estricta” del Reino Unido. Fue cofundada por la ex ministra del Interior, Suella Braverman. Considerada demasiado derechista, fue destituida después de un año en el cargo en noviembre de 2023 por el primer ministro Rishi Sunak.
