Uno de los edificios más grandes del mundo, Hagia Sofia en Estambul, ha marcado el tercer aniversario de su reapertura como mezquita.
Ali Erbas, jefe de la Presidencia de Asuntos Religiosos de Turquía (Diyanet), dirigió la oración del Fayr en la Gran Mezquita de Santa Sofía este lunes.
Calificando la reapertura de Hagia Sofia como mezquita como “uno de los días más felices” de su vida, Erbas dijo: “Hace tres años, el 24 de julio de 2020, 86 años de anhelo llegaron a su fin”.
“Con la decisión de nuestro presidente, Hagia Sofia fue reabierta para el culto”, recordó, y agregó que un total de 21 millones de personas han visitado el sitio histórico desde entonces.
Al señalar que Hagia Sofia es el símbolo más importante de la conquista de Estambul, Erbas dijo que desea que millones de personas adoren allí hasta el final de los tiempos.
El sultán otomano Mehmed el Conquistador realizó su primera oración del viernes después de conquistar Estambul en 1453.
La historia de Hagia Sofia abarca más de 1.500 años y ha desempeñado varias funciones a lo largo de los siglos, desde una iglesia hasta una mezquita y, luego, un museo.
La construcción de Hagia Sofia comenzó en el año 532 d.C. durante el reinado del emperador bizantino Justiniano I. Fue diseñada por los arquitectos Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles y se completó en solo cinco años, abriendo sus puertas al público en 537 d.C. El nombre “Hagia Sofia” significa “Santa Sabiduría” en griego y estaba dedicado a la Sabiduría de Dios.
Hagia Sofia sirvió como la iglesia principal del Imperio Bizantino y el Patriarcado de Constantinopla, desempeñando un papel importante en la vida religiosa y política del imperio. Su gran arquitectura e ingeniería innovadora, incluida una cúpula enorme, techos abovedados y mosaicos elaborados, la convirtieron en una maravilla arquitectónica de su época.
En 1453, durante el reinado del sultán Mehmed II, Hagia Sofia enfrentó una transformación significativa. Tras la conquista otomana de Constantinopla (ahora Estambul), el edificio se convirtió en mezquita. Los otomanos agregaron elementos arquitectónicos islámicos, como minaretes, un mihrab y un minbar, conservando gran parte de la estructura bizantina original.
Hagia Sofia luego sirvió como mezquita durante casi 500 años, convirtiéndose en uno de los centros religiosos y culturales más importantes del Imperio Otomano.
Pero después de la caída del Imperio Otomano y el establecimiento de la República de Turquía en 1923 bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Atatürk, hubo un impulso significativo hacia la secularización. Por lo tanto, en 1935, Hagia Sofia se convirtió en un museo como parte de los esfuerzos de Atatürk para transformar Turquía en un estado más secular.