
Es bajo la dura luz de los reflectores que Tariq Ramadan hizo su gran regreso al país, a su Suiza natal, este lunes 15 de mayo.
Acompañado por su cohorte de abogados, tomó el camino que no le conducía a las cadenas de televisión, sino al Tribunal Penal de Ginebra, para responder a las graves acusaciones vertidas contra él por una demandante suiza, ahora conocida como “Brigitte”.
A principios de sus sesenta años, el célebre islamólogo ginebrino, cuya caída a finales de 2017 fue vertiginosa y le llevó directo a la cárcel de Fresnes durante 10 largos meses de prisión preventiva, compareció ante el tribunal, durante dos días para defenderse de los cargos de “violación” y “coerción sexual”.
En este nuevo sórdido asunto, la demandante Brigitte, convertida al islam, le acusa formalmente de haberla arrastrado a una habitación de un hotel en Ginebra la noche del 28 de octubre de 2008 donde habría sufrido abusos sexuales.
Como tantos otros, había conocido al carismático predicador, entonces en el apogeo de la gloria, durante una sesión de firmas al final de una conferencia, en septiembre de 2008. Intercambios epistolares cada vez más íntimos se habían establecido entre ellos, en particular en las redes sociales. La noche de los hechos ella había quedado con Tariq Ramadan.
Por su parte, este último admitió haber conocido a su acusadora. Sin embargo, refutó su relato de la velada que pasaron juntos. También interpuso una denuncia en su contra por “denuncia calumniosa”.
El conocido comediante Dieudonné hizo una aparición en la sala del tribunal el martes 16 de mayo como estrella invitada de este juicio de altísimo perfil actuando como testigo de carácter del islamólogo de Ginebra, declarando: “No imagino a Tariq Ramadan capaz de realizar los actos de los que se le acusa. Creo en la inocencia de Tariq Ramadan”.
No está claro si el apoyo de Dieudonné o el de la esposa de Tariq Ramadan, que acudió a declarar al tribunal a favor de su marido, habrán logrado convencer a la justicia suiza. La fiscalía solicitó una pena de prisión de 3 años (incluidos 18 meses suspendidos) contra el islamólogo. Veredicto el 24 de mayo.