Con motivo de la revisión de la ley de asilo que acaba de ser objeto de una consulta pública, la Confederación Suiza quiere apoyar financieramente los servicios de capellanía prestados en los centros federales para solicitantes de asilo (CFA). No obstante, propone concentrar sus aportes económicos sólo “en las comunidades religiosas que no tienen derecho a recaudar un impuesto eclesiástico”. En Suiza, las iglesias y comunidades religiosas (o asociaciones que emanen de ellas) reconocidas de derecho público pueden someter a sus miembros y personas jurídicas en el territorio que controlan a un “impuesto eclesiástico”, una especie de regalía que financia las tareas que les incumben.
Hasta ahora, las comunidades musulmanas no se han beneficiado. Al querer evitar los “pagos dobles” (el impuesto eclesiático y las ayudas a los servicios de capellanía en los CFA), el Gobierno pretende reducir la desigualdad y financiar la capellanía musulmana en los CFA, cuyo establecimiento es definitivo desde finales de enero. “Lanzado en 2021, el proyecto piloto de capellanía musulmana finalizó a finales de diciembre de 2022. Dos evaluaciones en profundidad, realizadas por el Centro Suizo para el Islam y la Sociedad (CSIS) de la Universidad de Friburgo, han demostrado que este servicio ha demostrado su valía”, dijo entonces la Secretaría de Estado de Migración (SEM), para quien “los capellanes musulmanes son un recurso precioso para los CFA en su conjunto”.
Por un monto de 450.000 francos suizos por año, la financiación correría a cargo del presupuesto federal. Sin embargo, para las iglesias católica y protestante, así como para la Unión Suiza de Comités Judíos de Ayuda Mutua (VSJF), la conclusión del gobierno es inexacta, informa la prensa suiza. “Los fondos públicos (del impuesto eclesiástico) están en juego solo en los pocos cantones que pagan contribuciones directas a iglesias o comunidades religiosas. Sin embargo, se trata de servicios específicos que se prestan a la población de un cantón y no de intervenciones en centros de asilo. La situación también es muy diferente de un cantón a otro y tal regla sobre capellanías a nivel nacional estaría fuera de lugar. En otras palabras, si la Confederación financiara las iglesias por sus capellanías, no habría “doble pago”, explican los líderes religiosos, que rechazan categóricamente la propuesta estatal. También ven en ella la introducción de un trato desigual entre religiones en Suiza.
Por su parte, la Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados (OSAR) cree que esta financiación pondría a las capellanías bajo la supervisión de la SEM, lo que correría el riesgo de “perturbar la relación privilegiada de los capellanes con los fieles”. Hasta la fecha, en total, la SEM emplea a seis capellanes musulmanes, incluida una mujer, en las regiones de asilo de Zúrich, Suiza francófona y Suiza oriental, así como en la región de Ticino y Suiza central.
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