El Papa Francisco dijo que la pandemia del coronavirus ha demostrado que las “teorías mágicas” del capitalismo de mercado han fracasado y que el mundo necesita un nuevo tipo de política que promueva el diálogo y la solidaridad y rechace la guerra a toda costa.
El domingo, Francisco expuso su visión para un mundo post-Covid al unir los elementos centrales de sus enseñanzas sociales en una nueva encíclica, “Fratelli Tutti” (Hermanos Todos).
El documento se inspira en las enseñanzas de San Francisco y la predicación anterior del Papa sobre las injusticias de la economía global y su destrucción del planeta. Además, las combina con su llamado a una mayor solidaridad humana para abordar los problemas de hoy.
El llamamiento de Francisco a una mayor “fraternidad humana”, en particular para promover la paz, se deriva de su llamamiento conjunto de 2019 con el gran imán de Al-Azhar de Egipto, la venerada sede del Islam sunní de 1000 años de antigüedad. Su documento “Fraternidad humana” estableció la relación entre católicos y musulmanes como hermanos, con una misión común de promover la paz.
El hecho de que ahora haya integrado ese documento católico-musulmán en una encíclica es significativo, dado que los críticos conservadores de Francisco ya habían criticado el documento “Fraternidad humana” como herético, dado que afirmaba que Dios había querido el “pluralismo y diversidad de religiones”.
Denunció las políticas populistas que buscan demonizar y aislar, y llamó a una “cultura del encuentro” que promueva el diálogo, la solidaridad y un esfuerzo sincero por trabajar por el bien común.
Como consecuencia de eso, Francisco repitió su crítica al sistema económico global “perverso”, que dijo que mantiene consistentemente a los pobres al margen mientras enriquece a unos pocos. Francisco rechazó el concepto de un derecho absoluto a la propiedad para los individuos, enfatizando en cambio el “propósito social” y el bien común que debe provenir de compartir los recursos de la Tierra.
El pontífice una vez más rechazó la teoría económica del “goteo” como lo hizo en la primera declaración de misión importante de su papado, la Evangelii Gaudium de 2013, (La alegría del evangelio), diciendo que simplemente no logra lo que afirma.
“El neoliberalismo simplemente se reproduce a sí mismo recurriendo a teorías mágicas de ‘derrame’ o ‘goteo’, sin usar el nombre, como la única solución a los problemas sociales”, sostuvo. “Se aprecia poco el hecho de que el supuesto ‘derrame’ no resuelve la desigualdad que da lugar a nuevas formas de violencia, y que amenazan el tejido de la sociedad”.
Gran parte de la nueva encíclica repite la conocida predicación de Francisco sobre la necesidad de acoger y valorar a los migrantes y su rechazo a las políticas nacionalistas y aislacionistas de muchos de los líderes políticos de hoy.
Dedicó un capítulo completo a la parábola del Buen Samaritano, diciendo que su lección de caridad, bondad y cuidado de los extraños fue “la decisión básica que debemos tomar para reconstruir nuestro mundo herido”.