El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió terminar «gradualmente» el programa que permite que los países musulmanes envíen imanes y maestros a Francia para enseñar idiomas y cultura sin supervisión del Estado. Hablando en la ciudad de Mulhouse, cerca de la frontera alemana, dijo que la influencia de los imanes extranjeros lleva a algunos a «separarse de la República y, por lo tanto, no respetar sus leyes».
El líder francés destacó a Turquía porque, a diferencia de Argelia, Marruecos y Túnez, Ankara aún no ha alcanzado un acuerdo sobre el programa con París. “Turquía hoy puede tomar la decisión de seguir ese camino con nosotros o no, pero no dejaré que ningún país extranjero alimente un separatismo cultural, religioso o de identidad en el terreno de nuestra República”, dijo.
No podemos tener las leyes de Turquía en territorio francés. De ninguna manera.
Actualmente hay 151 imanes turcos en Francia, según el Ministerio del Interior.
Macron declaró que «no estaba tratando de ofender a nadie, pero tampoco será complaciente». Para luchar contra el «separatismo islamista», le pidió al Consejo Musulmán Francés (CFCM) que mejorara la formación de los imanes para que pudieran «dominar» las leyes francesas.