Musulmanes de Mallorca iniciaron el Ramadán

Abdelkader Elhaji y su hijo Haitham llevan más de una hora preparando en la mezquita An-Nour -situada en el barrio palmesano de Pere Garau- el Maghrib, la oración tras la puesta de sol que rompe el ayuno, en este caso de un día muy importante, el primero del Ramadán.

Antes del rezo, que dura unos diez o quince minutos, los fieles van entrando y alivian, con unos dátiles y leche, el apetito de toda una jornada sin comer ni beber. Esta mezquita, además, entrega desde ayer entre cien y ciento veinte cena cada día para «cubrir las necesidades de quienes más lo necesiten», explica Abdelkader, responsable de la mezquita. Se trata de un menú muy completo, compuesto de una sopa tradicional, dátiles, algún dulce, agua y algo salado que varía cada día.

Este lunes empezó para los más de 70.000 musulmanes que viven en Balears el Ramadán, un mes «de paz y el más sagrado» para el Islam, en palabras de Abdelkader, quien señala que es además «un periodo que nos recuerda cómo debemos comportarnos y qué debemos hacer a lo largo del año». El primer día se celebra coincidiendo con el noveno mes lunar y empieza con la aparición de la luna en fase creciente el último día de Sha’ban (octavo mes en el calendario lunar islámico).

Durante este tiempo, que finalizará el 9 o 10 de abril -pues su duración es de 29 o 30 días, en función del ciclo lunar- los fieles deben abstenerse de beber, comer, fumar y mantener relaciones sexuales en las horas diurnas. Pero más allá de todo ello, «es uno de los cinco pilares del Islam», sirve de purificación espiritual y corporal, es un mes de reflexión y también de convivencia. «No comemos para ser conscientes de que hay mucha gente que pasa mucha hambre», apunta el responsable del centro cultural islámico An-Nour. Además, como reconoce su hijo, Haitham, «al debilitarte de esta manera tienes más facilidad para encontrar la paz».

El mallorquín converso Nur Bio, secretario de la mezquita ubicada en Pere Garau, hace hincapié en este aspecto del Ramadán, periodo que describe como la «herramienta para un estado mayor de serenidad y claridad mental para poder hacer el verdadero trabajo espiritual y revisar tus actos». «Es un esfuerzo que a nivel físico se traduce en un beneficio, porque al final es una eliminación de toxinas», añade.

También explica que el Ramadán recuerda la primera revelación del Corán a Mahoma y tiene para los fieles musulmanes un especial significado religioso. Durante este mes, se celebran cinco oraciones diarias. La jornada empieza con un rezo que coincide con el alba de la mañana, llamado Fajr, pasa por la oración de puesta de sol, el Maghrib -al que ayer asistía este diario-, y así hasta la oración de la noche, conocida como Isha.

Abdelkader cuenta con devoción que los diez últimos días del Ramadán «son lo más importantes» y los que se suele pasar toda la noche rezando, ya que en esos días tiene lugar el Laitat Al Qadr o Noche del Destino, considerada la más sagrada de todas, puesto que las oraciones de los fieles «equivalen a 84 años de rezo».

FuenteNair Cuéllar - Diario de Mallorca
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