El 11 de marzo, según la observación de la luna, comienza el mes del Ramadán. Las comunidades musulmanas barcelonesas inician el mes del ayuno que terminará el 8, 9 o 10 de abril con el Îd al-fitr. Durante treinta días aproximadamente, las comunidades musulmanas de todo el mundo, entre ellas las de nuestra ciudad, comienzan un período de recogimiento cumpliendo con el cuarto pilar del islam.
El Ramadán
Ramadán es el nombre del noveno mes del calendario lunar islámico y comienza, como todos los demás meses, con la aparición del creciente lunar después de la luna nueva. La visión de lo creciente es, pues, lo que marca el inicio del mes.
Al tratarse de un calendario lunar, el inicio de los meses no siempre coincide con el de los meses del calendario solar y, además, cada año el inicio de los meses lunares se adelanta aproximadamente diez días respecto al calendario solar. Esto explica por qué el mes del Ramadán va rotando por todas las estaciones del año.
Es durante el mes del Ramadán que las personas musulmanes cumplen el cuarto pilar del islam, que es el ayuno o abstinencia de toda comida, bebida o relación sexual (sawm) desde el amanecer hasta la puesta de sol. Las condiciones más relevantes para llevar a cabo este ayuno, prescrito como acto voluntario, son ser musulmán, alcanzar la mayoría de edad y encontrarse en buen estado de salud. En caso de viaje, enfermedad u otras complicaciones, la persona queda exenta y pueden recuperarse los días que no se haya hecho ayuno más adelante.
Las personas musulmanas se levantan antes de la salida del sol para hacer el desayuno antes de iniciar el ayuno (suhûr) y hacen la ruptura del ayuno (iftâr) después de la puesta de sol. Como el Corán empezó a revelarse en una noche del Ramadán (laylat al-qadr), los musulmanes y musulmanas suelen leerlo más a menudo durante este mes. Durante el mes del Ramadán, la oración de la noche suele ir seguida de una oración optativa (tarâwih), que tiene lugar en la mezquita, en la que cada noche se va leyendo una parte del Corán hasta que se completa. Cabe recordar que es precisamente durante el mes del Ramadán cuando el profeta Muhammad recibió la primera revelación, y es durante ese mes que nació el islam.
El mes de ayuno tiene un alto componente eminentemente social y comunitario en nuestra ciudad, que le convierte en algo más que una práctica individual. Durante el mes del Ramadán prevalece el aspecto relacional y familiar, que adquiere una relevancia destacada: es un período de socialización. Es un período singular en el que se puede observar cómo se expresan diversas maneras de entender lo que supone ser musulmán en un contexto no musulmán . Un tiempo en el que se puede observar cómo las personas recuperan (según cada contexto) las referencias sociales, culturales y religiosas de origen. El Ramadán tiene, por tanto, una dimensión doctrinal, una dimensión social y una dimensión relacional.
La comunidad musulmana en Barcelona
En Barcelona conviven numerosas comunidades musulmanas de orígenes culturales diversos, tanto autóctonas como provenientes de Oriente Próximo, el norte de África, Pakistán, Bangladesh o el África subsahariana, entre otros. Se organizan, desde los años setenta, en torno a centros de culto donde llevan a cabo la práctica y la formación religiosa.
En Barcelona, varias comunidades musulmanas y otras entidades han organizado encuentros para romper el ayuno y han invitado a vecinas y vecinos, amistades y personas colaboradoras para compartir este momento especial con la ciudadanía de Barcelona.
¿Qué es el Î d al-fitr?
Al día siguiente del último día de Ramadán se celebra la fiesta de la ruptura (Îd al-fitr). Es la fiesta que marca el final del ayuno del Ramadán, y se celebra el primer día del mes de shawâl. Es un día de gran alegría, la comunidad se reúne a primera hora de la mañana para realizar una pequeña oración comunitaria y seguidamente dedican el día a visitar a familiares, amigos y amigas y personas necesitadas o que estén solas.
La felicitación que se hace entre las personas musulmanas con motivo de la fiesta es ‘îd mubârak ! Antes de la oración de la fiesta, el cabeza de familia debe entregar una limosna (zakât al-fitr) equivalente a una comida por cada miembro de la unidad familiar. Durante tres días consecutivos, las musulmanas y los musulmanes celebran el final del ayuno, reforzando sus lazos con la comunidad. Junto con la fiesta del sacrificio (‘Îd al-adhâ), es una de las dos fiestas del calendario islámico. Ambas fiestas tienen una duración de tres días.
Algunas comunidades musulmanas de la ciudad celebran el Îd al-fitr en equipamientos o en la vía pública, ya que los oratorios y lugares habituales de encuentro quedan pequeños debido a la gran afluencia de fieles, muy superior a la de los días normales.