En la última campaña de la renta, más de 8,5 millones de españoles marcaron la casilla que Hacienda pone a disposición de los contribuyentes para que destinen el 0,7% de sus tributos a la Iglesia católica. El importe asignado rondó los 320 millones de euros, según la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Hace años que otras religiones como la evangélica o la musulmana también piden tener casilla propia en la declaración de la renta. Dicen que es una cuestión de “justicia”, de “igualdad” y “no discriminación con respecto a la confesión mayoritaria”.
“De justicia”
Es una cuestión de “justicia” y de “no discriminación” con relación a la confesión mayoritaria, argumentan
Así lo han reclamado desde los años noventa a los sucesivos gobiernos. E insistirán de nuevo al futuro ejecutivo. “En algunos momentos ha parecido que estábamos cerca de resolver ese agravio que no es propio de un Estado democrático del siglo XXI, pero nunca se ha desencallado”, explican miembros de la comunidad evangélica. Una petición que los obispos españoles ven justa. “Se trata de un ejercicio de democracia fiscal que se podría ampliar”, dicen fuentes de la CEE.
Fuentes de la Conferencia Episcopal Española afirman que “se trata de un ejercicio de democracia fiscal que se podría ampliar”.
También desde la Comisión Islámica de España se ha reclamado poder tener su propia casilla en el IRPF. De los dos millones de musulmanes que residen en el país, alrededor de un 50% presentan la declaración de la renta, según el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Catalunya (Ucidcat), Mohamed el Ghaidouni. De desencallarse el tema, apunta que el dinero recaudado se podría destinar a los gastos generados por los más de 1.600 lugares de culto de confesión musulmana.
