No hay todavía emplazamiento, ni siquiera, unos plazos acordados para la construcción de un cementerio musulmán en Galicia, pero, tal y como se volvió a constatar en la Comisión Primeira del Parlamento gallego la pasada semana, la voluntad de los tres grupos políticos representados en O Hórreo es unánime para dotar a la comunidad musulmana en Galicia de un cementerio donde poder enterrar a sus familiares siguiendo sus propios ritos funerarios.
Las gestiones para su construcción se pondrán en marcha tras las elecciones municipales del próximo mes de mayo, al ser necesaria la colaboración con la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) para acordar las fórmulas y términos concretos para la creación de un camposanto que necesariamente tendría un carácter supramunicipal, atendiendo a la dispersión de las distintas comunidades islámicas existentes en Galicia.
Se trata de una reivindicación histórica de la colectividad islámica en la comunidad y que ya en 2017 había sido ratificada por el máximo órgano representativo del pueblo gallego, pero sin haber, finalmente, llegado a buen término. Manuel Lourenzo, diputado del BNG, cuenta que “ese acuerdo lamentablemente fracasó, continuando con un agravio totalmente intolerable con los gallegos de esta religión, que ven como única salida para respetar sus creencias ser enterrados en sus países de origen (en el caso de que sean extranjeros) o incluso en otras comunidades”.
Seis años más tarde este diputado decidió llevar el tema de nuevo al Parlamento y en enero del presente año se lanzó a redactar la iniciativa tras un caso que fue detonante para él. La muerte del joven Ismael, de 16 años, en la pontevedresa localidad de Soutomaior tras meses tratando de superar un cáncer. “La situación en la que se encontraba su familia era la de no tener posibilidad de elegir, la única opción que tenían era enterrarlo en su país de origen, con los gastos de expatriación que ello conlleva, que pueden rondar los 6.000 euros.”, explica Lourenzo.
Según el rito islámico, los cuerpos deben ser enterrados en contacto con la tierra, sin ningún tipo de ataúd, y para ello es necesario que la Xunta modifique la ley de sanidad mortuoria de Galicia, también en el carácter municipal del que constan los cementerios en la comunidad. En el acuerdo adoptado por la Cámara gallega hace seis años, se instaba al Ejecutivo a llevar a cabo estos necesarios cambios legislativos, pero hasta el momento no se han realizado.
“No ha habido las modificaciones oportunas en la legislación ni un acuerdo con Fegamp en los últimos seis años. Ahora con la aprobación de esta iniciativa esperamos instar al Ejecutivo a mover el expediente en este asunto y poner fin a un agravio contra este sector de la población gallega”, sentencia el diputado nacionalista. El objetivo está claro, ofrecer a los más de 20.000 musulmanes censados en Galicia la posibilidad de ser inhumados en el mismo lugar en el que han desarrollado su vida y con arreglo a sus creencias.