Este viernes 1 de abril, al atardecer, comenzó el Ramadán, el mes sagrado de los musulmanes y uno de los cinco pilares del Islam, junto a con la profesión de fe, el azaque (limosna o tributo sagrado para la redistribución de riqueza), al oración y la peregrinación a la Meca.
Como en el caso de la inminente Semana Santa, el Ramadán baila en el calendario pues está condicionado por la luna y este año 2022 se celebra entre los ocasos del 1 de abril y el 1 de mayo. Durante el mismo, los musulmanes practicantes observan el ayuno en las horas solares. Y como ha sucedido en ocasiones precedentes, el Sevilla respeta la observación del mismo a los futbolistas que practican el Islam de forma activa.
En la actual plantilla del Sevilla hay cuatro futbolistas de cultura musulmana, Bono, Rekik, Munir y En-Nesyri, más allá de que practiquen de forma más o menos rigurosa los preceptos del Islam. Que no siempre es así, en muchos casos, porque, como ocurre en otras culturas religiosas, la mezcla de costumbres con los países de crecimiento suavizan la estricta observancia de los preceptos. Aunque el Ramadán está muy generalizado entre todos los musulmanes del mundo.
En el Sevilla ha habido precedentes de futbolistas que han observado el Ramadán, como Keita, Boulahrouz, Koné, Zokora, Spahic, Konko, Babá o Kanouté, uno de los futbolistas más simbólicos de la historia del club, aunque la casuística es variada y no todos seguían con rigor el ayuno en las horas solares.
Sí lo hacía por ejemplo Kanouté, un musulmán practicante y muy involucrado con las cuestiones de la cultura islámica hasta el punto de que creó la Fundación Mezquita Sevilla, un lugar de oración en pleno centro de la ciudad, y recaudó dinero para el proyecto de levantar una mezquita.
Curiosamente, Biri Biri, otro de los mitos del sevillismo y símbolo del Sevilla de los años 70, también profesaba la fe musulmana, característica de su país de origen, Gambia.
Desde la época de Kanouté, primer musulmán practicante en la era moderna del club, el cuerpo técnico y los nutricionistas crearon un programa especial físico y de alimentación para que el ayuno fuera seguido con rigor sin que perjudicase al rendimiento deportivo. Aunque los deportistas profesionales de élite tienen exenciones, sobre todo los días de partido, para que el ayuno no debilite una actividad de marcado carácter físico. En el Ramadán existen excepciones de este tipo, enfermos crónicos, embarazadas o mujeres en periodo de lactancia, por ejemplo.