La comunidad musulmana de León celebra este jueves el ‘Eid Al-Fitr’, una de sus dos grandes fiestas anuales, que marca el final del Ramadán. Este año, el mes de ayuno comenzó marcado por el toque de queda el pasado 13 de abril, lo que evitaba que los fieles pudiesen acudir a las mezquitas para celebrar el Tarawih, el rezo diario más importante.
Sin embargo, coincidiendo con la Noche del Destino (Laylatul Qadr), la más especial del Ramadán, decayó el estado de alarma y con él la restricción a la movilidad nocturna. Fue la madrugada del pasado domingo. Alrededor de una centena de musulmanes acudieron a la Mezquita Grande de León a partir de las 00:00 horas para celebrar una fecha en la que creen que se decide su destino durante el siguiente año, por lo que sus preceptos religiosos dicen que hay que pasarla rezando y leyendo el Corán. También ese día, el 27 del mes de ayuno, se considera que su libro sagrado fue revelado al profeta Mahoma.
En la celebración, los asistentes cumplieron con el distanciamiento social (colocando sus alfombras personales separadas) y el uso de la mascarilla, medidas que continúan siendo obligatorias tras el fin del estado de alarma.
Ya sin toque de queda y con las mezquitas abiertas en horario nocturno desde el pasado 9 de mayo, la comunidad islámica de León celebrará hoy el ‘Eid Al-Fitr’. La organización había planteado, en un primer momento, la realización de un rezo conjunto a primera hora de la mañana en la explanada junto al estadio Reino de León en la capital, algo que finalmente no se realizará debido a las previsiones meteorológicas, que auguran lluvia durante prácticamente toda la jornada. Además, el permiso que habían obtenido por parte de las autoridades para esa reunión se limitaba a 75 personas.
Por ello, finalmente han decidido realizar ese rezo en el interior de la Mezquita Grande y a puerta cerrada. La organización habilitará puntos de acceso en los que se tomará la temperatura, se verificará el correcto uso de la mascarilla y se facilitará gel hidroalcohólico para una correcta higiene de manos. Además, se entregará una bolsa a cada asistente para guardar su calzado durante la oración y cada uno tendrá que acudir con su propia alfombra.
Ese rezo marca el inicio del ‘Eid Al-Fitr’, una festividad que en países de mayoría islámica se alarga durante varios días, con regalos para los niños y visitas a familiares y amigos para su celebración, que en esta ocasión quedan supeditadas a las restricciones sanitarias en vigor. A pesar de ellas, este año el Ramadán se ha vivido con más esperanza que el pasado, cuando todavía había confinamiento estricto y se pasó en absoluta intimidad familiar.