Ayman Adlbi, presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), no parece tener intención de dejar su sillón a pesar de las numerosas voces que exigen su cese apelando al daño causado a la imagen del islam español.
El representante oficial de los musulmanes se ha atrincherado en su despacho, convencido de que así, desde el cargo que ostenta, podrá defenderse mejor de las acusaciones por las que fue detenido el pasado 24 de marzo.
Está investigado por supuestos envíos de fondos a una ONG de Siria de atención a huérfanos que, según la Comisaría General de Información, no es más que la tapadera financiera de determinados grupos residuales de Al Qaeda.
En libertad
Adlbi quedó en libertad tras su detención por razones humanitarias: tiene 75 años, problemas de salud, y un arraigo familiar en España que hace poco probable la huida.
Otro de los detenidos en la misma operación, Mohamed Hatem, de 61 años, sí ha sido enviado a prisión sin fianza. Es uno de los quince representantes de la federación UCIDE, la que aglutina más mezquitas en España, en la Comisión Permanente de la CIE.
La Federación Musulmana de España, otra de las coaliciones representadas en la CIE, después de subrayar el derecho a la presunción de inocencia del que gozan Adlbi y Hatem, ha lamentando que “la imagen de la CIE y el islam ha quedado gravemente dañada”.
La imagen de los musulmanes
La Federación se queja de no haber recibido las respuestas urgentes que esperaban tras las detenciones. Han preguntado, entre otras cosas, si es cierto, como han afirmado algunos medios, que en los registros practicados por la policía se han hallado 130.000 euros. Creen que Adlbi debe apartarse y nombrar una comisión gestora que se ocupe, de momento, de los asuntos diarios.
Mounir Benjelloun, presidente de la otra gran federación islámica, la FEERI, ha contestado a ECD que la detención de Ayman Adlbi “perjudica de manera extraordinaria la imagen de todos los musulmanes de España”.
Ha solicitado una reunión de urgencia con todos los miembros de las federaciones representadas en la CIE para pedir explicaciones al presidente, analizar la situación, y buscar una solución digna. “Como sabemos que son unos autoritarios y no nos harán caso, el asunto se quedará así”, añade Benjelloun.
Un cese temporal
La histórica Junta Islámica de España, presidida actualmente por la musulmana española Isabel Romero, propone que Adlbi deje temporalmente su cargo.
Declaran su total confianza en las labores que desempeñan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como las instancias judiciales, y consideran «una prioridad que Ayman Adlbi centre todos sus esfuerzos en dejar fuera de toda duda su presunta implicación en los hechos que se le imputan en calidad de investigado”.
Como han hecho ya otras asociaciones de ciudadanos musulmanes, Junta Islámica también propone una transición en la organización de la CIE que favorezca la pluralidad, incorporando a jóvenes y a mujeres, “que tanto tienen que aportar en el principio de cooperación y de convivencia en la diversidad”.
Presidiendo una reunión
Ayman Adlbi, lejos de esconderse, presidió el pasado sábado una reunión técnica de la Comisión de Educación de la CIE, en la que aprovechó para exponer su experiencia en el estudio del árabe a través del método andalusí, un sistema de aprendizaje para hispanohablantes ingeniado por él mismo.
Su intervención ha generado ya algunas reacciones. La propia Isabel Romero expresaba ayer a ECD que Adlbi, “arrastra una confusión entre la institución que preside y sus proyectos personales; ni la enseñanza del árabe ni su método andalusí tienen nada que ver con la educación religiosa en los centros públicos ni con ninguna otra competencia de la CIE”.
Pocos días antes de su detención, el 21 de marzo, Ayman Adlbi se reunió en La Meca (Arabia Saudí) con Mohammad bin Abdulkarim, secretario general de la Liga Islámica Mundial, una organización creada para la difusión del islam wahabí que, según expertos y algunos servicios secretos occidentales, está controlada por la inteligencia saudí, el Istakhbarat.
Representación más democrática
Mientras, muchos ven en el posible relevo de Ayman Adlbi una nueva oportunidad para llevar a cabo la deseada transición de la CIE hacia un modelo de representación más democrático, Rabat, por su parte, espera que el próximo presidente de esta institución, creada en 1980, sea un musulmán español o de origen marroquí, ya que la inmensa mayoría de los musulmanes que viven en España proceden de Marruecos.
Fuentes del Gobierno consultadas, así como numerosas asociaciones religiosas islámicas, coinciden en que el sistema de representación de los musulmanes españoles necesita adecuarse a la realidad actual.
De momento, los sillones que ocupa en la CIE cada federación depende del número de asociaciones musulmanas que haya conseguido federar. Muchas de estas asociaciones no tienen actividad alguna ni sede física; son vegetativas, o han sido constituidas solo para engordar numéricamente a las grandes federaciones. El principal problema para democratizar el sistema reside en elaborar un censo de ciudadanos musulmanes que pudieran elegir directamente a sus representantes ante la Administración. Ni la Constitución ni la Ley de Protección de Datos permiten tal cosa.