El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha escrito un artículo difundido en la página web de la diócesis, titulado ‘Nuestros hermanos musulmanes’, en el que, haciendo de portavoz del pensar de los católicos baleares, dice que «los cristianos que practicamos la religión católica» han visto con «buenos ojos» que «los hermanos musulmanes cuenten con la posibilidad de estudiar la religión islámica en los centros educativos de nuestra comunidad autonómica». Les ofrecemos el artículo en cuestión:
Nuestros hermanos musulmanes
Pensando en el bien de nuestra convivencia ciudadana y del diálogo interreligioso, los cristianos que practicamos la religión católica hemos visto con buenos ojos que los hermanos musulmanes cuenten con la posibilidad de estudiar la religión islámica en los centros educativos de nuestra comunidad autonómica y así conocer de forma directa aquellos elementos culturales y testimoniales que el hecho religioso ofrece. Del mismo modo que el Obispado propone los profesores de Religión Católica, será la Comisión Islámica la que propondrá los candidatos para impartir la Religión Islámica, siempre de acuerdo con los requisitos que la Ley de Educación prevé y exige a todo el profesorado de las Islas.
Del mismo modo que manifestamos nuestra alegría porque se haya abierto este campo educativo a los hermanos musulmanes, siguiendo la legalidad vigente tanto en España como en nuestra Comunidad Autónoma, creemos que es una decisión que clarifica la postura que se adoptará para que, tanto la voluntad de quienes nos gobiernan como el tratamiento que se dé al hecho religioso en el mundo de la enseñanza, reconozca que la dimensión religiosa -que no es de ninguna manera una cuestión privada- forme parte del currículo educativo y ayude a la formación cultural de los ciudadanos. Esta convicción expresa una auténtica laicidad positiva que reconoce la religión como elemento imprescindible de nuestra cultura.
Desconocer el hecho religioso es olvidar y negar la propia identidad, historia, cultura y un conjunto de elementos que configuran nuestro ser y nuestro vivir. Entre nosotros, pues, será bueno que también los musulmanes y los que provienen de otros ámbitos culturales y religiosos conozcan lo que nos caracteriza y define nuestra tierra, que desde que conviven entre nosotros también es la suya, deberán asumir y compartir en bien de una mejor convivencia. La religión es siempre apertura, encarnación, fidelidad, nunca una ocasión de cierre y de exclusión. Sería un mal síntoma hacer de un pueblo un conjunto de guetos que se olvidan entre ellos y se niegan mutuamente toda ocasión de comunicación y de diálogo.
Dado que somos y debemos ser ciudadanos de un mismo pueblo, los cristianos de la Iglesia católica queremos cooperar a una convivencia basada en el diálogo y la fraternidad humana, y, como creyentes en un solo Dios, que es amor y misericordia , crear ámbitos donde -tanto a nivel religioso como cultural- podamos compartir con los musulmanes respecto, inquietudes, oración, ayuda social a los más pobres, pactos de cooperación que aporten lo mejor de cada religión que contribuya a crear una sociedad basada en la igualdad, la justicia y la paz, junto con la práctica del bien y el ejercicio de los derechos humanos. Cada religión lo expresa culturalmente, proponiendo una antropología y una ética basada en la dignidad de la persona humana y ofreciendo los elementos educativos que lo hagan viable. Viviendo en un mismo pueblo, es del todo necesario entendernos y caminar juntos. En esta aventura, la enseñanza es un medio que no podemos descartar, al contrario, debemos incluir y promocionar.