Girona cuenta como vecina con una mujer musulmana, Khaoula Boumaaza, a la que Instagram ha convertido en un icono de la modernidad para su comunidad con más de 65.500 seguidores, aunque ella se muestra modesta y aboga en todo caso por utilizar este «poder» en positivo.
Boumaaza, popular en ese canal, ha sido también imagen de Nike para promocionar el ‘hiyab’ para deportistas, la adaptación a la exigencia de la competición del tradicional pañuelo que cubre la cabeza de las musulmanas.
También ha anunciado champús de la multinacional Unilever en Pakistán, aunque ella misma bromea de ser la escogida para un producto de este tipo vistiendo un pañuelo que le cubre el pelo.
Khaoula Boumaaza cuenta con seguidores en diferentes países árabes, pero también en el Reino Unido, Francia o en Estados Unidos, naciones con una fuerte presencia de comunidad islámica.
En una entrevista con EFE en Girona, Boumaaza explica que su presencia en redes sociales partió de «una necesidad de comunicar, de compartir experiencias, de encontrar gente con intereses y metas comunes».
Nunca contempló un éxito que justifica en «la persistencia y la autenticidad» en sus publicaciones, en las que evita «esa idea del estereotipo» de mujer musulmana moderna.
«Soy una persona única y no puedo representar a una comunidad tan diversa, tan multicultural, tan internacional», señala antes de puntualizar que ella sólo se representa a sí misma, aunque da la bienvenida a quienes se sienten identificados con ella.
La legión de seguidores con la que cuenta ha ganado en diversidad con el paso de los años y, actualmente, está formada, según relata esta gerundense nacida en Marruecos, por «hombres y mujeres de todas las edades».
«El otro día paseaba por Girona y me paró una señora, que me preguntó si era yo, la de Instagram, y me decía que lo único es que siempre hablaba en inglés y que no se enteraba», relata.
Khaoula Boumaaza se desenvuelve en seis idiomas -castellano, catalán, marroquí, árabe, francés e inglés- e interpelaciones como esa en plena calle le llevan a pensar que el alcance de sus publicaciones «va más allá» de lo que ella cree.
«Yo creía que interactuaba sólo con gente de la comunidad musulmana y resulta que no, que hay padres, madres, gente de más edad, jóvenes y es una cierta responsabilidad», señala.
La fama le ha llevado a campañas como la del hiyab para deportistas, que califica de «gran honor» y de la que asegura que «todos los comentarios que tuvo fueron positivos», por lo que la fortaleció «a nivel de valores», al tiempo que le permitió estrechar los lazos con otros musulmanes.
Con todo ese «poder», ella se exige utilizar la plataforma de que dispone «en positivo» y seguir adelante para romper esos estereotipos contra los que lucha.
Uno de sus últimos trabajos de éxito ha sido la campaña Runaway Bride Girona, en la que ha colaborado el Patronato de Turismo de la Costa Brava y que busca atraer visitantes de Reino Unido y países árabes.
Boumaaza, que cursa una licenciatura en Relaciones Públicas, Publicidad y Comunicación, se viste en ese anuncio de novia para representar a una mujer empoderada que huye del matrimonio para disfrutar de la capital gerundense. El resultado son más de 3 millones de usuarios.