Un mes para la reflexión. Desde la jornada del lunes, 73.888 personas que comulgan con la religión islámica en Canarias celebrarán el Ramadán. Tan solo en Santa Cruz de Tenerife el número de miembros de las familias musulmanas supera las 20.200. Una cifra que asciende a 50.616 en Las Palmas de Gran Canaria.
La salida del octavo cuarto creciente después de la luna nueva es la que marca el inicio de esta importante cita, que es considerada como una festividad más y que culminará con un gran rezo multitudinario el 4 de junio.
Así los musulmanes que residen en las Islas se unirán a sus compatriotas en el resto del mundo para celebrar esta trascendental fecha en el calendario ayunando durante las horas de sol. Se trata del método que la religión musulmana dispone para que los creyentes puedan dar un punto y aparte en el año. De hecho, la palabra Ramadán significa en árabe quemar y ardiente, por lo que se convierte en un momento para la quema de los pecados.
¿A qué obliga el ayuno? Durante el mes, el creyente no puede comer, beber ni mantener relaciones sexuales entre el alba y el ocaso. En la era contemporánea, se ha añadido el tabaco a las prohibiciones.
Con el ayuno, los creyentes se adentran en un mes de «reflexión» que se compatibiliza con los quehaceres diarios, como explica Ahmed Al-lal, presidente de la mezquita de Los Cristianos, una de las más importantes en Tenerife. «Es un mes social de reconocimiento, de llevarse bien y de ayudar al prójimo», insiste Al-lal. Durante estos días, la mezquita organizará charlas con expertos en el conocimiento de la religión, especialmente dirigidas a los más jóvenes para que entiendan la celebración y su razón de existir.
En estos días lo más importante es «la conciencia del bien» y en el hecho de que «el mundo está mal repartido». El hecho del ayuno colectivo es uno de los motores que sirve como unión de personas este encuentro humanitario.
Y es que, al ser esta limpieza de pecados homogénea en toda la comunidad, se facilita concurrencia de coincidencias entre las personas a pesar de las distintas situaciones económicas o sociales que puedan diferenciarles el resto del año.
En 2019 se va a hacer especial hincapié en el «respeto a otras religiones», asegura Al-lal, que insiste en que es otra forma de ser «agradable» con el resto de la humanidad. El Ramadán es una «educación de la vida real», que permite a quien lo lleve a cabo encontrar cierta paz espiritual y física. El presidente de la mezquita, valora que «la parte física es el ayuno» mientras que «la espiritual trata de poner en orden la mente» para sentir qué cosas deben continuar haciéndose el resto del año.
Las familias que residen en Canarias son heterogéneas, como remarca Al-lal, que afirma que en el Archipiélago las Islas acogen a musulmanes nacidos en distintos lugares del mundo, como Argelia o Marruecos. La celebración del Ramadán culminará el 4 de junio con un gran rezo multitudinario que se llevará a cabo en el estadio Antonio Domínguez de Arona, que dará paso a la festividad de la ruptura del ayuno: Aíd al-Fitr.