Reus ya tiene dos mezquitas. Desde hace un mes y medio, el barrio Juroca alberga un local de 64 metros cuadrados con capacidad máxima para 61 hombres dedicado al culto. El oratorio es de la Associació Cultural Islàmica de Musulmans del Magreb y da respuesta a la necesidad que la entidad reivindica desde hace más de cinco años.
Precisamente, la misma organización de musulmanes compró en 2013 una nave en la zona para instalar una gran mezquita. Sus fieles consideraban que el espacio para rezar ubicado en el polígono Granja-Vila estaba demasiado alejado de los barrios Juroca, Fortuny y Montserrat como para ir a rezar cinco veces al día, pero la moratoria municipal referente a centros de culto impidió hacer realidad el edificio. A partir de entonces, iniciaron la búsqueda de un espacio que se adaptara a la normativa y que finalmente encontraron en el número 22 de la calle Astorga.
Alquilaron el local a principios del pasado verano y, tras casi un año de obras, pudieron abrir a finales del mes de enero.
Han tenido que insonorizar el espacio con tres capas de pladur para no molestar a los vecinos, cambiar la instalación eléctrica, poner aire acondicionado, pintar las paredes y tapizar el suelo, un trabajo que ha costado unos 25.000 euros.
El imam de la nueva mezquita del barrio Juroca es Hassan El Barnoussi y el local sólo se usará para rezar, en ningún caso servirá para actividades complementarias. Así lo explicaba el secretario de la asociación, Mohamed Ajiach. El centro de culto cuenta con una gran sala para orar, un baño y una biblioteca con libros en árabe. Además, no tiene ningún espacio diferenciado, por lo que las mujeres no pueden acceder.
La moratoria
La asociación ha logrado esquivar la normativa del Ayuntamiento al respecto. Y es que el gobierno municipal suspendió en 2014 la concesión de licencias de centros de culto y prorrogó la suspensión un año más en 2015. Ya en verano de 2016, aprobó una modificación en el Pla General d’Ordenació Urbana de Reus, mucho más restrictiva con la posible apertura de un oratorio.
La nueva normativa contemplaba, en el apartado de usos religiosos, que en zonas residenciales —como en el caso del barrio Juroca— los locales tenían que ser inferiores a 100 metros cuadrados o con un aforo máximo de 90 personas. Una vez más, la intención de la entidad islámica de abrir una mezquita en la zona sur de la ciudad quedaba frustrada, por lo que iniciaron la búsqueda de un espacio que se adaptara a la normativa.
Desde el Ayuntamiento confirmaban que el nuevo centro de culto lo tiene todo en regla y que cuenta con la licencia de actividad necesaria. Fuentes municipales afirmaban que el oratorio cumple la normativa y que se han realizado correctamente todos los trámites, por lo que no ha habido ningún impedimento para que éste se pusiera en marcha.