En los últimos días cristianos, musulmanes y budistas de Sri Lanka han rezado por China y su población afectada por el coronavirus COVID-19, para que la epidemia termine pronto.
Actualmente, en China, más de 1.700 personas han muerto y superan las 71.000 las personas infectadas. El número de pacientes ha aumentado en todo el mundo y decenas de miles de personas están en observación.
Sri Lanka confirmó su primer caso de coronavirus, una mujer china de 43 años de edad de la provincia de Hubei (China), que llegó al país como turista, y repatrió a unos 33 estudiantes que estudiaban en Wuhan, el epicentro de la epidemia en el Estado chino. En el aeropuerto de Bandaranaike se instaló una terminal de pasajeros especial, equipada con 4 escáneres que detectan el coronavirus, para controlar a todos los viajeros que llegan al país.
Los representantes de las diversas comunidades religiosas han pedido a la población que evite los encuentros públicos y que se cancelen o se pospongan hasta que el virus esté bajo control.
Las comunidades religiosas, que aceptaron rápidamente la invitación del Foro, recordaron el apoyo que China ha ofrecido a Sri Lanka en muchas ocasiones, ante desastres como el tsunami, inundaciones…
El sábado 15 de febrero, el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, celebró una misa especial en el santuario de San Antonio en Kochchikade, escenario de los ataques del domingo de Pascua del año pasado, a la que también asistió el embajador chino, Cheng Xueyuan. El Cardenal Ranjith expresó toda la solidaridad de los católicos con el pueblo chino obligado a luchar contra tal desastre natural.
«Si todos los líderes de la comunidad internacional se unieran y se ocuparan de la seguridad de todo el mundo en lugar de sólo de su progreso, podríamos evitar estas catástrofes», dijo el purpurado dirigiéndose a los fieles presentes, tal como informó UCA News. En la conciencia de que las catástrofes naturales, que surgen de los daños causados por el hombre a la naturaleza en busca de progreso, pueden traer más y más destrucción al mundo.
El 14 de febrero, en la mezquita de Devadagaha en Colombo, los musulmanes ofrecieron oraciones especiales para mostrar su cercanía a los países afectados por la epidemia de COVID-19 e invocar la bendición de Dios sobre los contagiados por el virus.
La invitación a rezar por la gran nación de China partió del Foro de Periodistas de Sri Lanka-China que, a su vez, organizó ceremonias budistas para expresar solidaridad con las víctimas del coronavirus. Las comunidades religiosas, que aceptaron rápidamente la invitación del Foro, recordaron el apoyo que China ha ofrecido a Sri Lanka en muchas ocasiones, ante desastres como el tsunami, inundaciones, los desprendimientos de tierra, la guerra y los atentados terroristas, y desearon a la gran nación china un pronto retorno a la normalidad.