Mujeres musulmanas de la India encabezan las protestas contra la ley de ciudadanía

Durante más de un mes, las mujeres musulmanas han estado luchando contra el fanatismo, las políticas de identidad y también la misoginia

“Shaheen” en urdu significa “halcón”. Es conocido por su vuelo y su ferocidad.

La importancia metafórica de Shaheen Bagh no podría haber sido más adecuada que a esta hora cuando las mujeres residentes de este congestionado y no planificado asentamiento musulmán de clase media baja de la capital, Nueva Delhi, lo han convertido en el epicentro de una agitación masiva en defensa de los derechos de ciudadanía. Pronto, las calles y callejones de Shaheen Bagh se inundaron con mujeres, de todas las edades, que marcharon en solidaridad contra la draconiana Ley de Enmienda de Ciudadanía de 2019, que discrimina a los musulmanes.

Durante más de un mes, las mujeres musulmanas han estado luchando ferozmente como halcones para combatir el fanatismo, las políticas de identidad y también la misoginia. Sin lugar a dudas, han demostrado un coraje y resistencia ejemplares frente a la dura oposición del Estado y sus agencias. Su sentada ahora se ha convertido en una protesta silenciosa en la línea de las acciones no violentas.

Las mujeres de Shaheen Bagh ahora son vistas como las portadoras de la antorcha de la protesta para salvar la Constitución india de las fuerzas hindúes neofascistas, que intentan acabar con la neutralidad del Estado en el tema religioso y convertir a India en un estado hindú.

Estas mujeres resistentes de Shaheen Bagh de diferentes edades, religiones y clases sociales, son vistas como modelos a seguir por los manifestantes de todo el país que, ahora, están felizmente emulando su estilo de protesta. Las protestas sentadas, a diferencia de las consistentes en marchas, evocan un fuerte sentido de persistencia y resistencia.

En los años venideros, Shaheen Bagh quedará grabado en los anales de la historia. Será recordado por ser ejemplar en varios aspectos, más aún como la cuna de un movimiento encabezado por mujeres que hasta ahora habían sido identificadas como sin rostro, mudas y prácticamente sin participación en la “esfera pública”.

El desencadenante de estas protestas liderada por mujeres fue un vídeo de una estudiante de la Universidad Jamia Milia Islamia en la que aparecía tratando ferozmente de proteger a un compañero estudiante contra un brutal asalto físico por parte de la policía de Delhi. La imagen de una joven desafiante que estaba protegiendo valientemente a su compañero de clase de la violencia patrocinada por el Estado se volvió viral en cuestión de horas provocando un diluvio de reacciones, desde la ira hasta la empatía.

La imagen heroica de la chica semi-velada supuso una inspiración para grupos vulnerables de estudiantes y mujeres, que se identificaron de forma natural con la resolución de la chica del vídeo, vulnerable pero ferozmente desafiante en la defensa de sus derechos.

Con su firme resolución, estas mujeres van a reescribir la historia de las mujeres de la India, que hasta ahora nunca habían hecho sentir su presencia en la esfera pública y habían sido víctimas del androcentrismo y las normas patriarcales desde la antigüedad.

La no participación en la “esfera pública” refleja la forma en que el patriarcado ha trabajado dentro de la comunidad musulmana contra el espíritu igualitario del Islam, que busca la participación equitativa de hombres y mujeres en asuntos socio-religiosos y políticos. Es un hecho documentado que la esposa más joven del Profeta, Aisha, participó de manera proactiva en reuniones sobre la gobernanza, medidas de bienestar y estrategias de batalla.

Estas reuniones tuvieron lugar principalmente en las instalaciones de las mezquitas. Por lo tanto, durante el tiempo del Profeta Muhammad (PB), las mezquitas se usaban como espacios para negocios sagrados y profanos donde las mujeres podían hacer sentir su presencia participando en asuntos religiosos y políticos.

FuenteRafia Kazim - The Wire
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