En un aparente alejamiento de las enseñanzas radicales wahabíes promovidas por Arabia Saudí, Pakistán acordó introducir reformas en sus escuelas religiosas llamadas madrasas y alinear a estas instituciones con las escuelas convencionales con el fin de frenar el discurso de odio y las narrativas extremistas.
El Ministro de Educación de Pakistán, Shafqat Mahmood, anunció el viernes que el plan, acordado con el clero del país, es el último esfuerzo para abordar las preocupaciones, existentes desde hace largo tiempo, de que unas 30.000 madrasas en Pakistán puedan convertirse en un refugio para las enseñanzas extremistas.
Estas instituciones, en su mayoría financiadas por Arabia Saudí, han sido culpadas durante mucho tiempo de promover narrativas extremistas y en algunos círculos se las denomina “viveros del extremismo”.
Mahmood dijo que el gobierno paquistaní pretende registrar a todas las madrasas y proporcionarles un plan de estudios basado en la enseñanza convencional en materias como inglés, matemáticas y ciencias. “No habrá predicación ni discursos de odio contra ninguna religión o escuela islámica”, dijo el ministro de Educación. “Estudiaremos su currículo para comprobar que no hay odio contra ninguna religión o escuela islámica”.
Mahmood agregó que el gobierno estará a cargo de supervisar los exámenes y apuntó a una primera actuación de este tipo en junio próximo.
Ante la fuerte presión internacional para acabar con los grupos militantes que operan desde suelo pakistaní, el primer ministro, Imran Khan, anunció planes a principios de este año para “integrar” a las madrasas y dejar de alimentar con jóvenes radicalizados salidos de las mismas a los grupos extremistas armados.