
Miles de ultranacionalistas hindúes se manifestaron el domingo 25 de noviembre en favor de la construcción de un templo dedicado a Rama en un sitio en Ayodhya, en el norte de la India, donde fue destruida en 1992 la mezquita Babri, construida en el siglo XVI. Para los manifestantes, venidos en masa a esta ciudad de Uttar Pradesh, es imposible compartir el sitio con los musulmanes. Un discurso apoyado por políticos locales, que pretenden utilizar este tema para ganar popularidad en las próximas elecciones.
En la tradición hindú, Ayodhya está representada como el lugar de nacimiento del dios Rama. Hoy, estos ultranacionalistas quieren que se construya un templo en el lugar donde estuvo situada la mezquita de Babri desde el siglo XVI.
Ayodhya fue escenario de los disturbios mortales en 1992, cuando más de 2.000 musulmanes perdieron la vida después de la destrucción del lugar de culto por miles de fanáticos hindúes. En 2002, la llama de la discordia hindú-musulmana revivió cuando peregrinos hindúes fueron muertas durante un viaje en tren. Más de 700 personas fueron asesinadas en una represalia orquestada por extremistas hindúes.
Los funcionarios locales han pedido al Parlamento que permita la construcción de un templo en el sitio. Yogi Adityanath, jefe del gobierno de Uttar Pradesh, apoya esta petición. Él ya expuso el domingo 25 de noviembre un proyecto para construir una estatua de bronce de Rama de 221 metros de altura en el sitio.
A través de esta acción, los partidos ultranacionalistas detrás de esta protesta (Vishwa Hindu Parishad -VHP – y Shiva Sena) tienen la intención de presionar al Partido Bharatiya Janata (BJP), del Primer Ministro de Narendra Modi, que había prometido durante de sus campañas electorales la construcción de un templo en este sitio.