Representantes religiosos de varios países asiáticos han acusado a Myanmar de abusar de la religión y de la etnia para dividir a la sociedad. El abuso de la religión con fines políticos es contrario a los “dogmas fundamentales de las tradiciones religiosas del mundo y crea el odio, la discriminación y la violencia”, indicó una declaración publicada en Yangon después de una conferencia organizada por diferentes religiones.
En el contexto de la expulsión violenta de la minoría musulmana de los Rohingya por el ejército el pasado otoño, los líderes religiosos de Myanmar y otros países pidieron una «investigación exhaustiva y transparente» en el distrito de Rakhine y en otros lugares. Las Naciones Unidas calificaron la expulsión de unos 700,000 miembros de la minoría rohingya de “limpieza étnica” y “genocidio”.
En la conferencia de dos días, tomó parte, entre otros, el arzobispo católico de Yangon, Charles Bo. Entre los participantes de los vecinos asiáticos de Myanmar se encontraban musulmanes, budistas, hindúes y cristianos protestantes.