Latinos musulmanes de San Diego construyen en Tijuana el primer albergue musulmán para refugiados en México

Una organización de latinos musulmanes de San Diego construye en Tijuana el primer albergue musulmán para refugiados en México.

La Fundación de Latinos Musulmanes actualmente acelera la construcción del albergue en al zona norte de Tijuana ante la posibilidad de que refugiados de Afganistán lleguen a la frontera al huir del régimen del talibán.

“Ahora trabajamos 24 horas al día, sin descanso, para avanzar lo más que se pueda antes de que lleguen las posibles lluvias del otoño”, dijo a El Latino la arquitecta Laura Díaz, encargada del proyecto.

La organización quiere tener el recinto listo a fines del año o a principios del 2022.

“Va a ser el primer albergue que tenga áreas para oración musulmana separadas, para hombres y para mujeres, lo mismo que regaderas y servicios higiénicos separados, porque son principios del Islám, pero vamos a tener una sección convertible, que se pueda ampliar según la necesidad”, platicó la arquitecta.

“Si en un momento necesitamos ampliar alojamiento para familias y reducir la sección de hombres, pues eso lo vamos a poder hacer”, apuntó.

Díaz, una arquitecta humanitaria que ha contribuido con la Casa de la Madre Asunta y otros albergues en la ciudad, explicó que el proceso de construcción del albergue se aceleró al presentarse la crisis por el regreso del talibán.

“Por ahora quienes más nos preocupan son las viudas de esposos que colaboraron con las fuerzas estadunidenses en Afganistán. Son quienes corren el mayor peligro ahora mismo”, dijo la arquitecta, “pero hay muchos grupos en riesgo”.

Sonia García, la fundadora y directora ejecutiva de la Fundación de Latinos Musulmanes, dijo a El Latino que los trabajos se apuraron porque “si los refugiados afganos llegan a México, esperamos que vengan a Tijuana, porque es el punto de la frontera más cercano a sus familiares en EEUU”.

De acuerdo con datos de la oficina del Censo de EEUU, en California vive la mayor comunidad de inmigrantes afganos en el país. El último conteo mencionó 166,000 personas, que radican principalmente en el área de la Bahía de San Francisco, otra comunidad importante en el Valle de Sacramento, y la tercera en Los Ángeles.

“Si tenemos refugiados en Tijuana, sus familiares y allegados pueden viajar por carretera a verlos en la frontera”, dijo García.

Pero de acuerdo con la dirigente, el albergue de Tijuana no será únicamente para personas con creencias musulmanas, aunque sí el primero que se enfoque en sus necesidades particulares.

Para acelerar la construcción, la comunidad musulmana en San Diego, latinos y no latinos, aprovecharon las fechas religiosas del Ramadán, entre mediados de abril y mediados de mayo, cuando los musulmanes dan aportación para ayudar a los necesitados.

Al final del Ramadán, los musulmanes de San Diego dieron una aportación similar al diezmo entre católicos, el zakat, y buena parte de esa donación se usa en la construcción en Tijuana.

“La misericordia es uno de los principios musulmanes, la practicamos con agradecimiento; si tenemos abundancia, eso compartimos, no necesariamente que seamos ricos, sino que nos esté yendo bien y podamos ayudar; si tenemos conocimientos, eso damos”, dijo la arquitecta Díaz.

“En mi caso, yo pongo mis conocimientos al servicio de quienes los necesitan”, dijo.

La idea del albergue musulmán en Tijuana partió de una ola de refugiados de África y Medio Oriente que llegó a la frontera junto con unos 20,000 migrantes de Haití y miles de centroamericanos en el 2016.

La forma de vestir muy relajada y las costumbres  de los haitianos y los centroamericanos caribeños chocaba con la cultura musulmana en los albergues de Tijuana.

Hace casi tres años, Sonia García, su esposo Abdulmawla y la joven Maité Gutiérrez de la comunidad musulmana en Tijuana comenzaron a cruzar la frontera para explorar la posibilidad de tener un refugio propio para musulmanes, que al mismo tiempo apoyara a otras comunidades necesitadas.

Establecieron lazos con las comunidades musulmanas en Rosarito y Tijuana, que apoyaron el plan, pero la idea empezó a materializarse cuando la arquitecta Díaz colaboró para encontrar el lugar para el albergue.

Fuenteellatinoonline.com
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